[ER] Hospital Central

El Hospital central de la ciudad se ocupa de muchos pacientes de otros pueblos cercanos cuando sus centros de salud no alcanzan a cubrir la demanda, o una necesidad específica. Por eso, siempre está abarrotado, a pesar de su ordenado funcionamiento. Los profesionales son de excelencia y exigen de la misma forma a todo el mundo. En un hospital, cualquier error puede significar una mala praxis, un juicio, una infección... en este trabajo no faltarán los subidones de adrenalina, los litros de café y las emergencias. Una actividad para gente fuerte.

Kevin Iruka

Cuando llegó al hospital, bajo del taxi, y observo como este se alejaba, luego giro hacia el hospital para mirarlo frente a frente, odiaba los hospitales, había pasado demasiado tiempo en ellos, solo y abandonado.  Le traía recuerdos tristes, se quedo unos segundos observando, tratando de acumular fuerzas para entrar a aquel edificio tan horrible, respiro hondo y emprendio la marcha hasta la puerta, había algunos periodistas con sus cameramas haciendo notas.

-- La última información que tenemos del hijo del famoso Director Zander es que al parecer evoluciona favorablemente.  Llego a escuchar que decía uno de aquellos periodistas para luego entrar en el hospital, nisiquiera sabían su nombre.

Como siempre enfermeras que iban y venían, gente con cara de tristeza o dolor sentados en todos los recovecos del lugar, pasaron unos médicos apurados con un mujer en una camilla en bastante mal estado, y nunca faltaba algún bebe llorando por algún rincon.

Se acerco a la recepción para preguntar sobre su amigo.

-- Estoy bu-buscando la ha-habitación de Brian Za-Zander.

-- Zander? Solo familiares, y personas íntimas, el padre no quiere prensa, ni gente mediática molestando por el lugar.

-- Pe-pero yo soy su... su amigo.

-- Ah, eres Kevin? Nos dijo Zander que a ti te dejaramos pasar, debes ir por aquel pasillo, vas a llegar a un ascensor, y tienes que bajar en el piso 4, allí encontraras a tu amigo.

-- Gracias, pe-pero que ha-habitación?

-- Vas a tener que pregungar allí arriba, todo el cuarto piso fue cerrado, y el único paciente del lugar es el hijo de Zander.  Se asombro un poco por lo que decía la recepcionista, le habían dado todo un piso para él solo, pero claro, el padre y la madre eran muy famosos, y tenían mucho dinero.

Se dirigió al ascensor como la chica le había indicado, una vez en el cuarto piso empezo a preguntar, hasta que llego al fin a la habitación en la que estaba Brian, justo salían los padres de ella.

-- Kevin, me alegro que hayas podido venir, le va a hacer bien a Brian que su amigo este cerca. Le dijo con mucha tranquilidad.

-- Esta sedado, así que duerme como un angelito.  Le mencionaba la madre del chico.  -- Pero estoy segura que te va a escuchar, puedes entrar.  Le dijo muy amablemente; un hombre se acercaba a la mujer.

-- Señora debemos partir cuanto antes, no se puede demorar mas el desfile.

-- Acaso no te das cuenta que mi hijo tuvo un accidente! Habia perdido toda amabilidad con aquel sujeto.

-- Pero Señora...

-- Ya, tanquila querida, en un rato termina el horario de visitas, y va a estar bien acompañado.  Agrego el padre, mirando a Kevin.

-- Bien vamos.  Le dijo al hombre de muy mala gana.

Kevin entro a la habitación de Brian, pensando que ser famoso como lo eran ellos también traía sus consecuencias.  Cuando observo a su amigo allí acostado, enseguida se vio como a un espejo, parecía él mismo hace unos meses atrás, no pudo evitar soltar algunas lágrimas, y se acerco a la cama, para tomar suavemente la mano de su amigo.

-- Aprobe el examen Brian, ca-casi la mejor nota, y pa-parece ser que te van a dar otra fe-fecha para que lo puedas dar vos.  Dejo la mano del chico para acercar un banquito que había por ahí dando vueltas, y se sento a uno de los costados de la cama de Brian.

-- Así que, tomate to-todo el tiempo que sea ne-necesario para re-recuperarte.  No quería mostra debilidad, ni tristeza, por si era verdad que el chico lo podía escuchar, pero la situación lo superaba un poco, verlo así le dolía en el alma.  Apoyo su mano en uno de los brazos del chico sobre la cama, y su frente sobre la mano de Brian, y no pudo contenerse más, empezo a llorar.

Si bien el chico se estaba recuperando positivamente, no era solo eso lo que lo tenía mal, sino se le sumaba los recuerdos del hospital, la bronca de no poder estar alegre un día que siempre tiene que pasar algo malo.  Así se quedo hasta finalizar el horario de visitas.