Templo de Géminis

Es la tercera casa del Santuario de Atenea y es la morada del guardián de la casa, el Santo de Géminis. Estructuralmente, es un pequeño templo que está formado por tres alas, dos laterales que se unen con la primera en el interior, el cual se modifica para crear el laberinto de Géminis. Lo que más caracteriza a este templo, es que en el exterior de las dos alas laterales están esculpidas las imágenes de dos ángeles, representando la dualidad del guardián. Uno de ellos sostiene una lira y el otro, una serpiente.

En la versión manga:

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A medida que avanzaba, el clima casualmente iba empeorando. Ya había nubes cuando Aioros y ella llegaron, pero ahora empezaban a caer unas gotas que repicaban en el metal de su armadura. Entró a Aries y luego a Tauro, y sólo la recibieron los ecos de sus pasos. Pasó sin problemas, Aldebarán no le impediría el paso y además, se había quedado abajo custodiando. El primer Caballero de Oro solía salir de su morada para impedir que el enemigo siquiera diera un paso dentro de las 12 casas, y no estando Mü, Aldebarán tomó esa responsabilidad.

Habiendo cruzado los dos primeros templos, el siguiente era el de los gemelos. La pelirosa debía de continuar ya que por ahora, no veía señales de ningún atajo hacia ninguna parte. La lluvia se acrecentó mientras subía.

Cuando estuvo cerca y pudo echar un vistazo, Ángela distinguió inequívocamente la figura de un hombre. De pronto cruzó por su mente, de forma inevitable, una imagen de Saga. Pero luego de lo que fue sólo un recuerdo no había dudas de que el hombre que estaba viendo no era él. A medida que iba avanzando, se fue dando cuenta de las diferencias, como el largo cabello gris.

Aquella persona vestía con ropas de entrenamiento del santuario y entonces ella comenzó a darse cuenta de cada rasgo del rostro, la postura y el azul de los ojos, un tanto distinto al azul de Saga. Glies ya tenía más o menos la edad en la que Ángela se había convertido en Saintia y tenía fácilmente 7 u 8 centímetros más de estatura que la escorpiana actualmente. Se notaba que para él habían pasado cada uno de los días de esos casi 5 años, aunque no era así para Ángela por supuesto que seguía como durante la misión en Egipto de hace 5 años.

-Desde hace rato me ha parecido sentir tu presencia -dijo el joven, con una voz ya de hombre- casi 5 años... pensé que debía bajar y verlo con mis propios ojos cuanto antes. Así que es cierto... tu y aparentemente también Aioros, han vuelto... -dijo todo lo último, como si aún le costara creerlo.

Glies parecía tener en su mirada una mezcla de alivio, cierta tristeza, y alerta o precaución. Y además, aquellas emociones se presentaban quizás en ese orden. Después de todo, Aioros y Ángela habían desaparecido 5 años, de los que los caballeros no sabían nada. Y por su parte, Aioros y Ángela tampoco sabían nada de esos 5 años en el Santuario.

-Saga no está aquí -alzó un poco más la voz porque la lluvia era un poco más intensa- Aioros debe haber ido con el Patriarca a explicarse... ¿por qué viniste por este camino?

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Tras andar por unos momentos bajo la lluvia la saintia se acercaba a la casa del signo de los gemelos. Se sorprendió al ver un hombre adentro, dado que le habían dicho que Saga estaba desaparecido.

- Saga... -dijo con precaución, aunque no tardó en notar que no se trataba del dorado. Era un hombre que de alguna forma se le hacía familiar. El rostro y los ojos le daban nostalgia, que no ocultó en su rostro.

- Efectivamente, Glies, ha pasado tiempo. Aioros y yo estamos de vuelta... toda una sorpresa no? -preguntó una vez hubo reconocido al joven que había dejado atrás hace lo que a ella le parecían días pero resultaron ser años.

Camino con lentitud a su alrededor, observándolo con detenimiento tal como había hecho Kardia con ella. Sin embargo, en su mirada había cierta ternura extraña en la escorpiana.

-Has crecido mucho, y por lo que veo Camus te ha dado un buen entrenamiento. Te pareces... te pareces a tu hermano, tienes su mismo porte -le dijo sin pensar. De alguna forma, no podía dejar de ver a Rigel en Glies.

Finalmente, volvió a pararse de frente al joven que ahora era más alto que ella.

- Si, estoy enterada de la desaparición de Saga. ¿Sabes algo de eso? -preguntó sin reparos, aunque el albino también tenía sus preguntas.

- Aioros me pidió que hable con los santos dorados que estén disponibles sobre un asunto urgente, un terrible ataque al santuario que está por ocurrir -le informó aunque sin ahondar en detalles, no sabía hasta que punto Glies estaba preparado para oír sus historias.

La saintia le brindó una leve sonrisa.

- Cómo te ha ido todo este tiempo ? Tienes pensado pelear por alguna armadura? -cuestiono con curiosidad- Si tienes más preguntas hazlas, antes de que continúe con mi camino -sentenció.

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El muchacho asintió con la cabeza, realmente le parecía algo muy sorpresivo. La siguió con la mirada mientras ella hacía una recorrida a su alrededor, mirándolo sin ni una pizca de decoro. Él frunció un poco el ceño ante eso.

-¿Qué estás....?

Le hablaba sobre lo que había crecido, sobre Camus y sobre su hermano. En ese momento se cruzó de brazos.

-Hablas como si no hubieses crecido. Aunque... parece ser que va a ser verdad -dijo- ¿cómo es que parece que no has envejecido ni un sólo día? Diría que tenemos la misma edad, y eso no es posible... -preguntó con extrañeza.

Luego, el cuestionado era él, acerca de Saga.

-Esperaba que estuviera contigo sinceramente. Quizás yo debiera preguntarte por él, después de todo estuve aquí todo el tiempo y fueron ustedes los que desaparecieron -el muchacho tenía un buen punto ahí.

En cuanto escuchó del ataque, Glies abrió un poco los ojos. Había estado pensando en meterse en la Casa de Géminis al menos para dejar de empaparse, pero eso le quitó importancia al agua que caía sobre ambos.

-¿Ataque... quién...?

Pero no pudo terminar. De inmediato, a través de una voz potente que resonó en sus cabezas, se escuchó, proveniente aparentemente del Patriarca:

En la cima del Santuario se vio una luz dorada como un relámpago que escapaba en cierta dirección entre la lluvia. Glies y Ángela estaban viendo también.

-Así que... así era... ¿eres tú también una traidora, o sólo Aioros? -preguntó- ¿también está Saga en esto? -dijo decepcionado.

#EscorpioAngela #TodoMal #ElKokoroDeGlies

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La saintia dejó hablar al aprendiz sin interrumpirle, pero tampoco contestaba a los cuestionamientos que el joven tenía como el tema de su edad.

- Ya veo, entonces nadie sabe qué fue de Saga... - murmuró aunque mas para si misma que otra cosa. Justo cuando el hermano de Rigel preguntaba por el ataque, algo los interrumpió.

Aquel mensaje hizo que el rostro de la pelirrosa se petrificara, sus ojos se abrieron con sorpresa y preocupación. Dejo de darle importancia a la presencia del joven y miro hacia arriba, viendo aquel halo dorado pasar rápidamente.

- Lo sabía... esto era lo que esperaban... se nos adelantaron - dijo entre dientes.

Las palabras de Glies la devolvieron un poco a la realidad. Tras su pregunta, Ángela le devolvió una mirada seria y algo decepcionada.

- Glies! ¡¿Acaso no sabes quién es Aioros?! - le reprochó casi como un reto.

- En este tiempo que he pasado con él de lo que más estoy segura (y el patriarca también) es que él jamás intentaría hacerle daño a Atena-sama... y yo tampoco lo haría! - exclamó furiosa, para luego voltearse y comenzar a caminar hacia la salida.

Antes de irse, dijo algunas palabras más.

- No tengo idea de dónde está Saga ni si tiene algo que ver. No me importa si no me crees, ahora tengo que ir a ayudar a un compañero, y no cumpliré con esa orden hasta que no lo vea con mis propios ojos - espetó hablando rápidamente. Sin perder más tiempo, la saintia siguió el camino por el que le había parecido ver aquella luz dorada.

#SePudrioTodo #HicieronCalentarAAngela #ChauGlies #BrokenKokoro

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Glies también le dejó hablar, parecía interesado en la respuesta de Ángela, sea cual sea.

-Sé quién es Aioros... el caballero que desapareció cuando yo acababa de empezar mi entrenamiento aquí. Eso es lo que sé...

Glies comenzó a seguir a Ángela. El camino hacia arriba pasaba sí o sí por Géminis, al menos por ahora. Ambos entraron a la casa.

-Espera, ¿realmente crees saber lo que piensa el Patriarca, Ángela? ¿Qué quieres decir con que no vas a cumplir la orden, quieres terminar siendo traidora tu también?

Ambos corrían por el pasillo principal del templo de los gemelos cuando de pronto vieron aparecer al caballero dorado de Cáncer.


-¿Deathmask? -Glies parecía no muy contento con la presencia del recién llegado.

-Sentí un cosmo rebelde y alborotado, y supuse que venía de esta debilucha -dijo sin reparos- creo que ahora además de débil es rebelde huh?

Tuvieron que dejar de correr. Glies se puso delante de Ángela y enfrentó a Deathmask.

-Deathmask, no tienes permiso del caballero de géminis de estar aquí, no tú -le dijo con dureza en sus palabras- te sugiero que te retires de inmediato -agregó, cerrando su puño derecho.

Deathmask miró a Glies como infravalorándole y continuó hablando.

-Como yo lo veo, la debilucha va a ir a ayudar al traidor... estoy seguro de que si la mato aquí el Patriarca me recompensará como si hubiese acabado con el traidor de sagitario jajaja

Glies negó con la cabeza.

-¿Cómo puedes decir algo así, y reírte de esa manera? Todos somos compañeros, y al Patriarca debe haberle dolido tener que acusar así a Aioros. Y cualquiera que deba cumplir con las órdenes estará llorando por dentro... ¡y tu te ríes sin más, basura! ¡No te lo repetiré, sal ahora mismo del templo de gémninis! ¡Alguien que no merece ser caballero lo mancha con su presencia!

Cáncer le sonrió malignamente como respuesta y comenzó a elevar su cosmo, preparado para matar a Glies también si era necesario.

#EscorpioAngela #CancerDeathmask #MascaritaFTW

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Ángela mantuvo el paso firme y apresurado a medida que ingresaban al templo de los gemelos sin parar un segundo siquiera para responderle a Glies. Por dentro sabía que el joven tenía razón pero no era la primera vez que la engañaban con respecto a las órdenes del patriarca.

- Ese cosmo... - se detuvo en seco y observó hacia adelante, allí hacia su aparición el caballero de cáncer.

Definitivamente las palabras del dorado molestaron a la pelirrosa quien lo observó con hastío a la par que apretaba con fuerza sus puños.  Se sorprendió al ver que el joven aprendiz se le adelantaba. Lo que no le asombraban eran las palabras de cáncer.

- ¿ Qué puedes saber tú de lealtad o traición, Deathmask? - preguntó para luego negar con la cabeza.

La saintia dio un paso más adelante y puso su mano en el hombro de Glies, no como apoyo sino que la utilizó para echarlo hacia atrás e interponerse entre él y el dorado.

- No me interesa si me crees una traidora o no, pero si que estoy harta de tus estúpidas palabras. -sentenció mientras hacía sonar los huesos de sus manos- Si tan debilucha me crees porque no me pruebas eh? Preparate! -exclamo sin reparos.

- Scarlet Needle! -gritó comenzando a lanzar sus agujas una a una con una furia notoria.

-Mejor apartate, Glies! -le espetó a sabiendas de que sería duro hacer que Deathmask se rindiese.

#AlFin #DeathmaskGato #GliesCorreteDeAca

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Acción: atacar rápidamente.
Rápido: 3
Dados: 0
Resultado: 3

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'FATE' :

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#CancerDeathmask

#Glies

Ángela tomaba cartas en el asunto respecto a Deathmask, apartando a Glies del asunto. Mientras lanzaba las agujas, pudo ver claramente que Deathmask no iba a quedarse allí esperando. De hecho, estaba ya preparado. Por un instante, la escorpiana entendió que si no hacía un esfuerzo extra, Deathmask le ganaría en velocidad por tan sólo un poco.

-¡Sekishiki...!

La técnica de Cáncer estaba a punto de ser desatada, y las agujas de Ángela estaban por llegar a su objetivo cuando una luz dorada apareció en medio de ambos contrincantes. Y cuando ese destello se hubo disipado un poco, mostró una imagen que representaba autoridad allí.

Spoiler:

Los dos ataques resultaron reflejados por aquella aparición. Glies emanaba un cosmo que Ángela nunca hubiese pensado que sentiría nuevamente. Otra vez, tal y como era el cosmo de su hermano Rígel, era un cosmo que se asemejaba en poder al de un caballero dorado. Caminó hacia adelante mientras pieza a pieza, la armadura de los gemelos se acoplaba a su cuerpo.

La pelirosa pudo ver que la cara de Deathmask ya no mostraba una sonrisa, sino un gesto de miedo y rabia. Cuando Glies llegó a igualar la línea de Ángela, él la miró.

-Quizás ustedes tengan más experiencia que yo, y deba respetarlos, pero no voy a permitir que se libre una batalla entre santos en mi templo.

Ángela no sentía animosidad ni agresividad alguna en sus palabras, pero sabía que Glies estaba preparado para justificar esas palabras con acciones si era necesario.

-Mi puesto es reciente, pero mi voluntad no pierde ante la de ningún caballero. Sea el antiguo Patriarca, que lamentablemente murió debido a su edad, o su asistente y sucesor, el caballero de Altar... el Patriarca sigue siendo la máxima autoridad hasta que Atena-sama sea plenamente consciente y termine su educación. Y pelear entre nosotros sin una orden importante es una grave traición.

Volteó a ver a Deathmask.

-Nadie declaró rebelde a la Saintia de Escorpio, Deathmask. No tienes derecho a provocarle y empezar una pelea.

Deathmask se recuperó de la sorpresa, y formó una sonrisa que ahora era nerviosa.

-Bien, así las cosas, no pelearé con dos caballeros dorados, no soy tan estúpido. Pero es cuestión de tiempo Glies, este Patriarca sí entiende qué es la justicia. Quizás juntos saldremos a cazar al Escorpión, en un rato...

Parecía ir a decir algo más, pero el cosmo de Glies aumentó rápidamente y en ese entonces, Deathmask se apresuró a darse vuelta y comenzar a irse.

-Tienes suerte, debilucha... la suerte que no tendrá tu amiguito el traidor...

Glies vio cómo Ángela volvía a intentar atacar a Deathmask al decir aquello. Mejor dicho, sabía que iba a hacer eso... Ángela se mostraba muy temperamental. Se puso delante de ella abriendo los brazos, y no tuvieron más opción que chocar, pero el nuevo Caballero de Géminis no se movió.

-No estás pensando con claridad... estás muy enojada y ahora necesitas pensar.

De alguna manera Glies logró que Ángela dejara de gruñir, refunfuñar y sobre todo, de intentar zafarse de su agarre. Él le habló con una voz pequeña, calmada y que buscaba tranquilizarla, e indicarle que lo que hablaran, como una excepción, se quedaría en el templo de Géminis. Además, habló muy rápido como para no perder el tiempo.

-Si tan inocente es Aioros, no deberías perder el tiempo con Deathmask, en cambio dime rápido por qué debería de confiar en Aioros, en ti y en los demás y desconfiar en el Patriarca. No es el que conociste, pero que sea su sucesor no quiere decir que sea malvado, o que no debamos obedecer. Y no me digas que debo creerte a ciegas sólo porque somos "compañeros", no esperes que pueda hacer eso luego de estos 5 años. Dime la verdad o cumpliré la orden del Patriarca yo mismo...

#EscorpioAngela #MascaritaEscapoOtraVez #GeminisGlies

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Así como Deathmask no ocultaba su miedo, Ángela mostró total sorpresa al ver como Glies vestía la armadura de Géminis. Cientos de cosas pasaban por su cabeza en ese momento, pero como siempre el caballero de cáncer lograba sacarla de su eje. Vio con rabia como este escapaba nuevamente de sus manos pero dadas las acciones del geminiano no le quedó mas opción que calmarse.

Se cruzó de brazos y miró hacia un costado cuando habló.

-Si hubieses mencionado cuál era tu puesto antes, las cosas hubiesen sido más fáciles. Como sabrás , hay cosas que es mejor que sólo sepamos los caballeros dorados -dijo, secamente.

Observó a Glies una vez más, aún sin poder creer lo que había pasado en esos años.

-Ya te diste cuenta antes, que para mi este tiempo que pasó no fueron 5 años, sino unos pocos días. Aioros y yo estábamos en egipto cuando fuimos absorbidos en el espacio-tiempo, llegando con Artemisa y Chronos ellos nos informaron que el santuario había sido destruido por Cronos -comentó rápidamente. Relajándose un poco, la saintia se sentó en el suelo unos momentos para terminar su relato.

-Dado que el Titan Cronos tuvo la ayuda de un traidor en el santuario logramos viajar en el tiempo para evitar todo eso, al llegar aquí descubri que habían pasado 5 años. Ahora me entero también que Saga desapareció y que el anterior patriarca falleció, las cosas no pueden ser peores -suspiró mostrando nuevamente su frustración.

Miró al joven con seriedad.

-Confío plenamente en Aioros porque cuando sucedió dicha traición el estaba conmigo. Juntos tuvimos que pasar cosas muy dificiles para evitar la muerte de todos, se que el no haría nada en contra de Atena-sama. -aseguro sin mostrar una pizca de duda en su discurso.

Finalmente, se puso en pie y comenzó a caminar como para salir del templo de Géminis, no sin antes decirle algunas palabras más.

-Entenderia que no me creas, Aioros y yo no significamos nada para ti después de 5 años. Ahora también eres Santo dorado, no cuestionaré y respetaré la decisión que tomes. Pero yo voy a llegar al fondo de esto, debo ir con Aioros, lo siento. -expresó sintiendo que de alguna forma le debía esa explicación y esas disculpas a Glies, como si estuviera en deuda con el.

La pelirrosa espero a ver si tenía algo más para decir antes de retirarse.

#LaCosaEsSeria #OtraVezSeEscapo #Sincericidio #DondeEstaSagaYQueHicisteConEl

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#GeminisGlies

Glies también tenía algo para decir.

-Pues, yo esperaba que confiaras en mi sin tener que decirte que era un caballero de oro. Pero supongo que nunca podré ser como mi hermano -dijo sin reparos ni vergüenza alguna- y veo que tienes a Aiorios en muy alta estima, como lo tenías a él... si dudo de Aioros, pongo en duda tu juicio... pongo en duda a Rígel -reflexionó, según su propia lógica.

Se quedó unos segundos meditando mirando el suelo.

-Pero también está el deber, y el Patriarca...

Luego, pareció recordar algo.

-Aioria... estos minutos pensé que seguro él iría a ayudar a su hermano y juntos estarían bien, pero acabo de recordar que todavía no ha vuelto de su entrenamiento para conseguir una armadura. Aunque debe estar por finalizar seguramente...

Suspiró, y miró a Ángela ya decidido.

-Está bien... sabes que cada guardián de cada casa, conoce su atajo. Iremos hacia los alrededores del palacio del patriarca y buscaremos el rastro de Aioros para saber qué ha ocurrido. Mi hermano me escondía mientras él daba la cara y peleaba por lo que creía. Ahora no está, y debo ser yo el que siga sus pasos, como el Caballero de Géminis... y cuando sepamos lo que ocurre, buscaré a Saga y le devolveré lo que es suyo.

Glies se había resuelto. El pasadizo de géminis hasta la cima no era más que una respuesta al cosmo del caballero... parecía un portal hacia otra dimensión.

-Yo sé que no soy digno aún. Es mi hermano el que debió ser un caballero del más alto rango y no yo. Pero todos merecemos una oportunidad. Deja que te acompañarte y te auyde, como alguna vez lo hizo mi hermano, me estarás haciendo un favor mayor del que podría hacerte yo a ti.

De alguna manera Glies parecía muy consternado por su posición de caballero de oro, casi como si no quisiera aceptarlo. Y tampoco Ángela sabía nada de los errores que había cometido de más joven. Además, se percibían sus ganas de hacer algo que traiga un bien a alguien, como si hasta ahora no haya podido usar para nada todo lo que había aprendido.  

#EscorpioAngela #GliesEsElGemeloBueno

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Ángela escucho lo que el nuevo caballero tenía para decir, y aunque no dijo nada se sintió un poco mal por no haber confiado en el anteriormente. Se sorprendió un poco ante el ofrecimiento de Glies pero de alguna manera se sintió orgullosa del joven.

-Por algo la armadura de Géminis te eligió, debes ser conciente de ello. No dudes de que eres digno, y en todo caso demuestrale con tus acciones que te mereces utilizarla - aseguró la saintia, hablando desde su propia experiencia con la armadura del escorpión.

Pronto siguió a Glies hacia aquel extraño atajo.

- Antes mencionaste a Aioria... tan sólo espero que Aioros aguante hasta poder ver a su hermano menor, el hablaba bastante sobre él - comentó rápidamente, ya que parecía que Glies había compartido tiempo con el joven.

Antes de avanzar la chica se detuvo y dirigió algunas palabras mas al joven de cabello plateado.

- Si así lo quieres, dejaré que me brindes tu ayuda. Pero ten en cuenta que no lo hago solo porque seas el hermano de mi querido amigo Rigel, lo hago porque demostraste ser confiable y sabio, como un buen caballero dorado. -dijo- No entiendo bien qué está pasando y tan solo espero que el nuevo patriarca no esté realmente detrás de esto, pero si las cosas llegan a salir mal mi deseo es que vivas y te despegues de mi - aclaró con un tono firme pero a la vez suplicante, después de todo había luchado por el futuro de Glies antes de que todo aquello sucediera, no importaba que ahora fuese un caballero de alto rango.

#GeminisGlies #MasTierno #TeQueremosGliesTeQueremos #RigelJaNaiYoGliesDaYo

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#GeminisGlies

Glies le sonrió, aunque su sonrisa no era tan encantadora como la de Aioros. Y además, en su sonrisa pudo ver en qué se diferenciaban Rígel y Glies, pues el gesto era un tanto distinto.

-Voy a vivir mi vida de forma independiente, pero nunca me despegaré de la gente que más me marcó en la vida. Mi hermano, tú, Niza... si hago eso no sería vivir.

Diciendo eso, empujó gentilmente a Ángela a la otra dimensión, y también saltó él mismo. En cuestión de un instante, estaban frente al palacio del patriarca.

-Fue hacia allá, vamos... -dijo dando un salto hacia la izquierda. Comenzaron a sentir más y más cosmo, por lo que sabían que iban bien encaminados.

Sin previo aviso vieron una luz dorada chocar en una explosión, y el cosmo de Aioros explotar con una fuerza inimaginable, mientras peleaba contra otra violenta energía también.

Spoiler:

Para cuando la intensidad se redujo, ya estaban muy cerca Glies y Ángela y podían ver un poco de la escena. El choque había dejado un gran cráter. El caballero de Capricornio estaba en lo alto de uno de los costados del cráter. En la dirección opuesta, al otro lado en lo alto, había una niña con un bastón que le era incluso difícil de sostener. Frente a ella, protegiéndola, el totem de la armadura de Sagitario. En el fondo del cráter se encontraba Aioros malherido.

-¡Aioros! Shura llegó antes que nosotros desde Capricornio... yo iré con Shura y te daré tiempo...

El único cosmo que se sentía provenir de la dirección de Aioros, era apenas una débil señal pero no era de él, sino de la Diosa, porque aún llevaba su pulsera.

Spoiler:

-¡¡Aioros, Shura noo!! ¿¡Qué hacen!? -se escuchó a la niña llorar desesperada y asustada.

#LlegóElDía ?  #LlamenAlSame

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#EscorpioAngela

Tras pasar por aquel portal y recorrer una corta distancia una luz dorada le cegó los ojos por un momento. El corazón le dio un vuelco al sentir como esos dos potentes cosmos chocaban con fuerza.

- ¡ Aioros ! - exclamó con preocupación. Sin más siguió el camino a toda velocidad hasta dar con aquel profundo cráter.

- Shura... Atena-sama ! - murmuró observando primero al caballero de Capricornio y luego a la pequeña niña, quien era protegida por la armadura de Sagitario. Al ver aquello buscó con desesperación al portador de la armadura hasta que dio con él. Asintió a lo dicho por Glies.

- Ten cuidado, Shura es un gran caballero que sigue al pie de la letra las órdenes del patriarca... - le dijo antes de ir en dirección a la niña y Aioros.

Con cuidado se acercó y se agachó hasta quedar a la misma altura que el hombre, con delicadeza lo tomó con sus brazos hasta apoyarle la cabeza en sus piernas.

- Aioros... no te rindas, no mueras... recuerda que prometimos que solucionaríamos esto gracias a la pulsera que nos dio Atena-sama en el pasado - dijo en voz baja y con dulzura mientras bajaba la muñeca con la pulsera de flores hasta hacerla chocar con la misma que tenía el hombre en su muñeca.

- Mira lo que has hecho, has defendido a nuestra Diosa. Ella está aquí llorando por ti, y Aioria está en camino, fue de viaje a conseguir su armadura - comentó cómo si aquello fuera a recuperar al Sagitario.

Levantó la mirada hacia la pequeña niña.

-Mi Diosa, nos hemos visto en otra época, soy Ángela de Escorpio - explicó hablando como para tranquilizarla - No entiendo por qué pasa esto pero debe haber algo que se pueda hacer por él... por favor... estoy segura de que Aioros jamás hubiese querido hacerle daño...

Ángela notaba que la diosa ahora era una niña asustada, pero no perdía las esperanzas de que su amor pudiese salvar a su amigo.

#AngelaTriste #QueremosLaSonrisaDeAioros

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La verdad es que Aioros parecía muerto, pero las palabras de Ángela resonaron en la niña, que dejó de llorar. Tenía apenas 5, pero se las arreglaba para bajar con cuidado la cuesta, con el báculo a rastras ensuciándose por todos lados. El cosmo que empezó a salir de la niña fue hasta las pulseras de ambos.

-Ya no llores -le dijo con su pequeña voz- ya no le duele mira...

De pronto, cuando parecía el momento oportuno para explicarle a la niña lo que ocurriría ahora con Aioros, resultó que la niña estaba señalando algo que ni siquiera Ángela había pensado. Tal como había pasado con el Icor, Aioros no tenía ninguna herida en el cuerpo. Y ahora que pasaban esos instantes, la escorpiana podía sentirlo respirar, y lo notaba bien, aunque inconsciente.

-Qué miedo, pero al final no era nada, no?

Claramente, Atena no sabía lo que había hecho. Por otro lado, Shura y Glies aparecían también.

-Shura dice que no sabe qué hace aquí... fue a hablar con el Patriarca y no recuerda más nada...

-Puedo hablar por mí mismo Géminis, gracias -dijo Shura, filoso como su espada.

Capricornio miró la escena.

-Ese cosmo... no hay dudas, usted es Atena-sama -dijo, arrodillándose- y este debe ser mi castigo por apuntar mi espada hacia usted...

-¡Shura...!

De inmediato, sin que nadie pudiera detenerlo, llevó su mano derecha hacia la zona del corazón, con toda la intención de perforarlo. Sin embargo, Excalibur esta vez no estaba afilada.

La niña habló, pero más que ella, hablaba aquel cosmo que salía de ella y de las pulseras.

-Excalibur no está hecha para eso, Shura. Con ella sólo debes defender al bien, no es para castigarte por un error. Todos los humanos los cometen. Te doy nuevamente a Excalibur, caballero de Capricornio, para que cumplas tu deber, como lo hice en la antiguedad...

Shura estaba totalmente sorprendido por aquellas palabras, y bajó aún más la cabeza.

-Sí, Atena... -dijo emocionado.

Pronto, Ángela sintió unos pequeños movimientos, y a Aioros parpadear, mientras Glies hablaba.

-Tienes que contarnos si recuerdas algo más, Shura...

#EscorpioAngela #CancelenLaAmbulancia #ShuraPuedeHablar #HaraKiriSpain

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Ángela se quedó muda ante las acciones de la Diosa quien por su edad humana inocentemente curaba a Aioros sin darse cuenta. La actitud de su Diosa hizo que derramara un par de lágrimas pero rápidamente las limpio y sonrió levemente.

- Muchas gracias, Atena-sama... Aioros va a estar bien, no era nada - dijo siguiéndole un poco el juego a la niña.

En eso, escucho lo que mencionaba Glies al volver con Shura.

- Pero cómo puede ser eso ? - se preguntó con extrañeza. Al igual que el albino se puso en alerta al ver lo que intentaba Shura pero por suerte, Atena volvía a salvar a un caballero dorado.

- Entiendo tu sentimiento, Shura. Pero por suerte lograste salir de esa especie de magia y ahora podemos averiguar qué es lo que sucede en este lugar. - dijo firmemente, observando a todos por igual. Justo en ese momento, sintió como Aioros despertaba.

- Aioros estará muy débil para hablar, pero quizá Shura recuerde algo más... - comento, luego observó a la pequeña niña - Atena-sama, recuerda usted algo de antes de la pelea de Shura y Aioros ? - le preguntó pausadamente.

Aún sin soltar al caballero de Sagitario volvió a dirigirse hacia Shura.

- Lo lamento Shura pero tengo una pregunta más, notaste algo raro en este último tiempo ? Cualquier cosa , lo que sea puede servir - insistió la saintia intentando descubrir el fondo del asunto.

#Atena #SagitarioAioros #CapricornioShura #GeminisGlies #PonganLosFideos

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#GeminisGlies #CapricornioShura #SagitarioAioros #Atena

Aioros apenas abrió un poco los ojos, pero volvió a perder el conocimiento. Glies se agachó para consolar a la niña, mientras que Shura se incorporaba e iba recuperando su postura rígida ante el perdón de Atenea. Observó a Ángela con seriedad.

-Asistí al llamado del Patriarca, y me informó que Aioros había escapado con nuestra Diosa... me ordenó castigar al traidor. Desde aquel encuentro me ha dolido un poco la cabeza, quizás he estado un poco mareado. Pero unos minutos después, aquello se pasó. ¿Querías datos? ¿Cualquier cosa sirve, no?

Shura prosiguió con la dureza que lo caracterizaba.

-Naturalmente, el castigo de una traición es la muerte. Al principio, pensé que simplemente era lo que tenía que hacer, pero algo extraño pasó... Atenea me ordenó en persona, en sus palabras de infante, que me detenga. Y sabía que debía de obedecerle, sea o no una niña. Pero no lo logré, y por eso he querido pagarlo con mi vida.

Bajó la cabeza, arrepentido. Quizás no de atacar a Aioros, sino de no haber seguido las órdenes de su Diosa.

-Maté a Aioros como me indicó el Patriarca, y no actué según los deseos de mi Diosa.

Atenea se escondió un poco tras las piernas de Glies, mirando a Shura. Al parecer, ya había vuelto a ser una niña.

-El Patriarca que tú conoces, falleció hace unos años sin poder entregar el puesto a un sucesor. Su edad era ya muy avanzada, como sabes. Puede que no haya decidido a tiempo, y lo haya sorprendido la muerte. Otros gustan de pensar mal, como sabrás pronto. Lo ha sucedido el caballero de plata de Altar, ya que no se encontraban ninguno de los dos preseleccionados para continuar el mando, Aioros y Saga. Pero parece ser que hay caballeros, incluso en la más alta orden, que piensan que el nuevo Patriarca debe aún probar su aptitud para el puesto. Esto, sumado a que la desaparición de Sagitario y Géminis, los dos candidatos, tendieron un manto de duda sobre toda la situación... incluso algunos llegaron a pensar que la muerte natural del anterior patriarca, justo antes de decidir su sucesor, beneficiaba al caballero de Altar directamente tanto como las desapariciones de los dos candidatos.

-Yo pienso que es extraño que el anterior patriarca se haya dejado sorprender por la muerte antes de elegir un sucesor. Y tampoco es habitual la desaparición de dos de los caballeros dorados más fuertes del Santuario, de un día para el otro.

Shura suspiró y miró otra vez a Atenea, que volvió a encogerse un poco. Parecía darle miedo.

-No me gusta dudar de la autoridad, no haré especulaciones tampoco.

Glies calmó a la niña acariciándole el cabello.

-Pero recuerdo aún cuando no era caballero, que la primera medida de este patriarca fue que no se les permitió, ni siquiera a los caballeros dorados, ver por última vez al patriarca anterior, para despedirse. Y luego se le prohibió a todos exceptuando al patriarca y a las asistentes del palacio, ver a la señorita Atenea.

Shura le advirtió.

-Estás hablando de quien te ha dado esa armadura que traes puesta, Glies. ¿Quieres decir que dejarás de ser caballero, si tienes razón? -le preguntó Shura, indignado.

Atenea se escondió un poco más detrás de Glies, que no contestó, para no armar una discusión.

-Alguien debe llevar a Aioros a descansar, y a la señorita Atenea a un lugar seguro.

Shura despejó un poco su enojo y asintió.

-Así lo haré, Sagitario está cerca de mi casa.

Sin esfuerzo apartó un poco a Ángela y paró y pasó un brazo de Aioros por su cuello. Con la mano libre, la extendió a la niña.

-Sé que la asusté hoy, señorita, pero le prometo que no volverá a ocurrir. No soy una mala persona, y mi existencia sólo tiene sentido para servirle.

Atenea miró, confundida y aún un poco llorosa y asustada, a Glies. Glies le sonrió a la niña.

-Quiso decir que te ama, como te amamos todos aquí, y que nunca te haría daño. Y que va a ser tu amigo desde hoy...

Atenea abrió grande los ojos sin poder creer a Glies.

-¿Me ama...? ¿Qué es eso?

-Te quiere mucho... -dijo Glies riendo un poco.

Abrió la boca en una gran sonrisa y salió corriendo a abrazar las piernas de Shura. Al parecer estaba encantada de que en realidad, esa persona que le había estado dando miedo, fuera a ser buena con ella finalmente.

-¡Yo también!

Shura observó a los demás, un tanto avergonzado.

-¿Qué hacen ahí parados? Vayan con el Patriarca de una vez... -les gritó.

La niña miró hacia ambos, y finalizó mirando a Ángela.

-¿Puedo ir a la escuela luego con los otros niños?

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