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Rachat's Angel. Tomo 1.
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Rachat's Angel. Tomo 1.
Capitulo 1. Overture
Capitulo 3. I Gotta a Felling
Capitulo 5. Rose.
- Spoiler:
- Complicado y aturdido
así me levante
no era con lo que contaba
un día de suerte.
Cuando anoche me decías
que todo siga en pie...
solo fueron mas mentiras…
La canción continuaba sonando en aquel bar latino que habían abierto cerca de mi oficina en Tokio, era raro y extraño para mi estar ahí sentando junto a Elina, sin embargo mis pensamientos estaban puestos en otro punto y en otra persona, cosa que ella podía averiguar con tan solo ver mi semblante lleno de nostalgia.
- Lo que no entiendo es ¿por que eres tan orgulloso? ¿Realmente no vas a detenerlo?- la chica de largas y torneadas piernas, un cuerpo escultural digno de una modelo de su categoría y un rostro hermoso y angelical, me miraba con sus ojos color ámbar, mientras tomaba mi mano.
- Sabes muy bien que tu y yo hemos sido amigos desde siempre y a mi no me puedes engañar… ¿lo amas verdad?-
Sus palabras eran como un golpe en mi pecho, a ella no podía ocultarle nada y tampoco negarle algo así, ella podía ver en mi interior como yo en el de ella. Era realmente patético estar en esa situación.
- Es mejor que no sigas hablando querida…o si no…- replicaba con toda la soberbia que podía acumular en ese momento, era mi mejor defensa pero también mi peor característica.
- Ya se…me correrás de tu importante empresa de modas, pero se sincero, ¿alguna vez me ha importado?...Sabes que tengo toda la razón y que estas perdiendo valioso tiempo…manda al diablo a todos, que los reporteros sigan vomitando falsedades, importante es tu felicidad – la chica de cabellera pelirroja tomaba mi mano en señal de comprensión.<¿Debía…alcanzarlo?>
Ese pensamiento pasaba por mi cabeza mientras mi amiga besaba mi frente y solo decía:
- Mikel...corre, ve por el, tigre-
Sonriéndole y correspondiendo aquel gesto de ternura hacia mi, asentía y me levantaba a toda prisa, corriendo salía del lugar y sin detenerme seguía mi trayecto 4 cuadras mas hasta llegar a mi automóvil, un Mercedes SLR.
Abordándolo podía escuchar mi respiración agitada, exhalando profundamente, encendía el poderoso motor de mí vehiculo y a la par iniciaba mi camino hacia el aeropuerto, no podía fracasar y no podía permitirme perderlo.
- Yo, Mikel Nagamasa…yendo por un hombre ordinario…que tontería….- exclamaba con diversión a la par que mi reflejo parecía sonreír dejando ver una perfecta dentadura blanca.
Y era verdad, me parecía risible que alguien conocido como el diseñador de ropa mas importante de Japón, estuviese abandonándolo todo por un hombre al que apenas si había conocido un mes atrás.
Un hombre…que me había cambiado la vida…..
Un mes atrás.
- Y este es el ultimo traje de la Fashion Week de NY, de la colección 2010 de Mikel Nagamasa, quien como es costumbre nos impresiona con su magnifico toque y sofisticación..-
Los aplausos no tardaban en sonar mientras la modelo caminaba por la pasarela cual ángel vestido de azul.
El televisor se apagaba mientras en una pequeña mesa de centro, varias revistas del mundo hablaban de la nueva colección del diseñador fenómeno de Japón.
- ¿No hubieses preferido estar ahí? – me cuestionaba un hombre de cuerpo marcado y atlético, cabello negro, varonil, mientras me acariciaba el cabello.
- Mmm...no, la verdad esos eventos me aburren, además me divertí mucho mas contigo…no creí que fueses tan pasional, en las sesiones de fotos te ves tan serio– una sonrisa picara se dibujaba en mis labios mientras besaba los labios carnosos de mi amante en turno, para después levantarme y comenzar a vestirme.
- Y tu reafirmaste todo lo que se dice de ti…”El Insaciable y angelical Mikel”- exclamaba el chico mientras comenzaba también a vestirse.
No le conteste, ya me había acostumbrado un poco a dicho apelativo, al cual no le tomaba mucha atención. Mirándome al espejo solo sonreía, mi cuerpo delgado, no muy marcado, mi piel blanca y suave, mi rostro que era una mezcla entre la ingenuidad de un niño y lo malicioso de un hombre, mi cabellera un poco rizada y rubia y mis ojos verdes, me daban esa apariencia que atraía tanto a hombres como a mujeres. Y solo podía sonreír.
- ¿Y entonces….supongo que con esto seré el modelo principal de tu próxima línea para caballeros verdad?- el chico parecía entusiasmado y muy seguro de que mi respuesta seria afirmativa.
- Cuando salgas cierra bien la puerta por favor, Kojiro-san- era lo único que le respondía al mismo tiempo que vestido de manera informal con unos jeans azules, playera blanca, tenis y una bufanda, salía de mi penthouse ubicado en la mejor zona de Tokio.
Al salir de aquel lugar respiraba, estaba lleno de asco y no podía soportar un minuto más la fragancia de ese modelo. Era repugnante saber que el sexo que podía conseguir, era por interés.
Mi camino me llevaba hasta una cafetería que se encontraba cerca de mi hogar. Entrando al establecimiento que lucia algo solitario, pedía un capuchino para llevar. El chico que atendía me sonreía abiertamente mientras me cobraba y entregaba mi pedido con suma amabilidad.
- Tsk..otro que cree que por ser lindo, sera mi modelo- eso iba pensando mientras bebía un poco de mi café, el cual no duraría mucho en su envase ya que, un sujeto que corría a toda prisa chocaba conmigo, derramando el café en mi playera primeramente, después como si eso no bastara me hacia caer de espaldas al suelo y después para el colmo de su torpeza, caía encima de mi, quedando su rostro muy cerca del mío.
En ese instante no pensé que ese encuentro fuese a ser tan especial, sin embargo lo único que pensaba era en lo guapo que me parecía…
Capitulo 2. Nameless.
- Spoiler:
- -Ah hermano... ¿estás bien?-
Levanté a aquel tipo del piso y le pedí disculpas. Era muy liviano, me sorprendió lo poco que me costó levantarlo. Intenté balbucear algunas palabras de arrepentimiento mientras le sacudía un poco la ropa... en la espalda le había quedado algo de polvo del piso.
- Estás bien? -le pregunté nuevamente. Me miraba, como si se detuviera en algún detalle... entonces me dio por preguntarle- ¿perdón, nos conocemos?
No, estaba seguro que no nos conocíamos, pero quizás con eso le daría a entender, que estaba incomodándome. Se notaba que era un tipo con dinero. Miré la mancha de su playera... era enorme, por más incomodo que estaba, no podía dejar la situación así. Entonces, me quité la mía y se la ofrecí... yo estaba yendo a trabajar, recién salía de mi casa, bien limpio y con ropa nueva. Decidí dejársela.
-Tómala, después de todo fue mi culpa -le dije- en mi trabajo me cambio de ropa ¿sabe? No se puede construir edificios con estas fachas jajaja -dije con modestia. Era cierto... pero ni siquiera construía edificios...reparaba calles para el distrito.
Aquel hombre tomó mi playera pero no parecía muy complacido por aquello... de todas maneras, con eso di por pagada mi falta y me fui corriendo a trabajar, porque ya llegaba tarde. Extrañamente, me quedé pensando en él durante el turno de trabajo. Quizás debí haberle pedido el teléfono... Yessica, mi amiga y compañera de aventuras se hubiera alegrado quizás de sumar alguien así al dormitorio. Siempre estaba pidiéndome que hiciéramos un trío con otro hombre, desde que le había confesado mi bisexualidad. En ese momento (hace como 2 años) ella cambió su forma de verme, y comenzó a usarme de objeto sexual una y mil veces... le atraía mi condición, la excitaba muchísimo. Pero, antes de un trío con otro tipo, yo siempre le decía que primero deberíamos hacerlo con dos mujeres, a lo que ella se negaba cada vez que se lo decía.
Llegué a mi casa, un departamento pequeño cerca del lugar donde perdí mi playera por una tontería, así que anduve todo el día con la camisa de trabajo. Me la quité al llegar, y revisé los mensajes de la contestadora... ¿seis? Los seis de Yessica. No los contesté, tenía algo de confusión con el asunto del trío, así que tomé un baño, pensando en que, quizás debiera complacer a Yessica con su pedido...
Luego reí, creyendo que pensaba tonterías, y dormí tranquilo esperando un domingo menos ajetreado. Mas de dos personas se sentía algo sucio, por más que fuera Yessica la que lo propusiera... al día siguiente la llamaría para decirle que se olvidara del asunto.
La situación tan desagradable pasaba como si se le adelantara a una película, a los pocos segundos yo tenia en mis manos una playera que no era mía y conocido a alguien genuino que me llamaba la atención.
Al girar mi vista podía observar el gran grupo de curiosos que se había reunido alrededor mío y me observaban con curiosidad, yo en el afán de no darle importancia, caminaba hacia uno de los aparadores de las tiendas cercanas a la cafetería y mirando podía observar un extraño rubor que había cubierto mis mejillas y que iba desapareciendo, por lo cual deduje que esa era la razón de la mirada de los curiosos, mas que la mancha en mi playera o la preocupación por mi integridad física.
¿Que me había provocado tal reacción? ¿había sido el hecho de caerme o el de haber visto a ese chico quitarse la playera dejando ver su excelente condición física y dármela en una señal de extraña caballerosidad?
Al darme cuenta ya había llegado a la entrada del gran edificio de A&D, la central de operaciones de mi empresa de modas. Rápidamente me quitaba la playera manchada y suspirando me ponía la otra que traía en la mano, la cual me quedaba un poco holgada dada la diferencia de musculatura que tenia con el sujeto de la mañana.
- Vaya chicos dejen de holgazanear, ha llegado la versión japonesa de Miranda Priestly,- la voz de Elina se escuchaba clara y fuerte mientras se separaba de la barra donde se encontraba el recepcionista -Aunque parece que se le achico el cuerpo o su ropa creció- su melodiosa risa era contagiosa, por lo cual algunos de los que trabajaban ahí no podían evitar dejar ver una pequeña sonrisa.
- Creo es hora de cambiar a mi personal completo, ya que no respetan a su superior- era lo único que decía mientras seguía caminando rumbo a mi oficina, cuya puerta estaba abierta y a la que entraba y la aventaba con fuerza para cerrarla, mientras solo oían algunos murmullos.
- ¿Una mala mañana o Kojiro no resulto ser el amante que esperabas?- Elina me había seguido y detenido la puerta antes que se azotase y ella misma la cerraba para después comentarme lo anterior.
- Kojiro es lo que te dije, una cara bonita, un cuerpo atractivo, pero hueco y con poca intensidad-respondía mientras me sentaba y aventaba a una de las esquinas la playera sucia.
- Vaya y el que llego hoy con mas alegría que una monja y se ha puesto a organizar una sesión de fotos con algunas prendas de la próxima colección a la que llamaste Urbania- Elina tomaba asiento en una de las sillas color gris y se cruzaba de brazos mientras miraba curiosa la playera - Lo quise detener pero me dijo que estaba seguro que no te enojarías, en fin se que lo arreglaras a tu estilo, pero ahora me dirás si tu enojo es en parte por que traes esa playera que no es tuya-
Mi oficina si bien era un recinto sagrado de trabajo, parecía ser el único lugar donde podía ser yo mismo, aunque igual pasaba si estuviese solo con Elina, así que el hecho de que ambos factores estuviesen presentes me daba mucha confianza.
- Elina, ¿puedo encargarte que el fotógrafo me envíe a la computadora las fotos inmediatamente de esa “sesión de fotos” ¿por favor?...quiero ver algo antes de contarte lo que me pasa -
La dama asentía, tomando el auricular y marcando unos números hacia lo que le había pedido y a los cinco minutos en mi computadora, tenia un mail con aquellas fotos, las cuales veía, para después borrarlas y encender el interfon.
- Tori-san, indíquele al departamento de recursos humanos que Masuda Kojiro a partir de hoy deja de laborar para nosotros, que le devuelvan su portafolios de fotos, se le pague su sueldo y una indemnización, además que tiene que abandonar las instalaciones de la compañía ahora mismo-
- Si señor Mikel, como usted diga- respondían del otro lado con una voz un poco tímida.
- ¿Tan malas fueron las fotos?- preguntaba algo asombrada la chica de rizada cabellera mientras encendía un cigarrillo.
- Se veían bien, pero no tenían alma ni sentimientos, eran planas, monótonas y hacían que la ropa luciera fuera del alcance de alguien, sabes que con esta colección busco esa conexión con lo común, con lo urbano, algo que no sea plástico como lo que muchos buscan- mi voz sonaba cansada y algo fastidiada.
- Hemos tratado con mas de 30 modelos masculinos y nadie te ha gustado, si tan siquiera me hubieses dicho lo que acabas de decir hubiera buscado a alguien que llene ese perfil- exhalando una bocanada de humo, Elina cerraba los ojos - ¿pero hay algo mas no?- preguntaba curiosa al ver que durante mi discurso me había abrazado a mi mismo y acariciado la tela de la playera.
- Elina... ¿aun crees en el amor a primera vista?- le preguntaba con cierta mirada de ingenuidad, ante la sorpresa de la mujer quien corría y me abraza con ternura, como si pudiese adivinar lo que a partir de ahí me sucedería.
Capitulo 3. I Gotta a Felling
- Spoiler:
- Ya habían pasado dos días después del incidente del café y mi cabeza se había distraído un poco de dicho suceso gracias a la cantidad de trabajo que se daba diariamente debido al lanzamiento de la nueva línea de ropa.
Sin embargo, aun seguía teniendo el mismo problema...no encontraba al modelo masculino para las fotos de la campaña publicitaria.
- Haber hijo, ¿estas completamente seguro que el tipo ese te dijo que se dedicaba a construir edificios?- Elina quien ese día iba vestida de jeans color negro y una blusa color rojo y el cabello recogido en una coleta, suspiraba algo harta y arrojando un sobre con mas de mil fotos de diversos trabajadores de constructoras de la ciudad.
- Ya te dije que si, lo que me extraña es que inclusive eh salido de mi departamento a la misma hora y no me eh vuelto a encontrar con el- respondía con cierta tristeza al recordar que durante esos dos días me había despertado, bañado y arreglado para salir a la misma hora a la que había salido ese día, llegar a la cafetería y quedarme ahí por espacio de una hora en espera de que el volviese a pasar.
- Mikel... ¿y si no trabaja en eso? Digo tal vez pudo haberte dicho eso para impresionarte un poco o por vergüenza, ¿te parece si desde hoy ampliamos el rango de búsqueda?- atinaba a decir mi amiga quien ya se había resignado a que no tomaría a ningún modelo profesional, si no que deseaba que el dueño de la playera que guardaba en un cajón de mi escritorio.
Yo solo asentía mientras miraba en mi escritorio dos pequeños trozos de papel de color negro con rojo, eran pases para el aniversario del antro más importante de Tokio, lugar al que iríamos Elina y yo en la noche.
Los dos días siguientes fueron más tranquilos, ya que Yessica había tenido muchísimo trabajo y por ende sus llamadas y mensajes en la contestadora se habían reducido a uno por día. En lo que cabía a mi, el departamento de vialidad de la ciudad quería que redobláramos esfuerzos en el arreglo de las calles, razón por la que el horario de trabajo se había modificado y entraba a laborar incluso antes de que la cafetería por la que siempre pasaba, abriera.
Durante esos días había pensado en la propuesta de Yessica, si volvía a proponerme lo del trío con otro hombre, le diría un no rotundo y además de que terminaría con eso de ser "amigos con derechos".
Aunque siendo sinceros ese no había sido en lo único que había pensado, también había pensado en un par de ocasiones en el tipo al que le había dado mi playera... ¿Estaría bien? ¿No se habría lastimado, ya que se veía no muy fuerte? ¿Que le habría dicho su novia al verlo con esa playera...o su novio?
Este último pensamiento me había sacado una sonora carcajada ya que la escena del hombre celoso y el pobre sujeto con ojos llorosos mostrándole la playera manchada. Pero esa ultima escena me quitaba esa sonrisa que tenia, quien sabe por que, pero me hacia sentirme algo culpable si el estuviese así.
Al llegar al trabajo y me cambiaba escuchaba mucho ruido donde nos acostumbraban a reunir para indicarnos que calles arreglar. Al terminar de ponerme el uniforme corría a ver que ocurría.
Para mi sorpresa había una mesa y sobre ella de lado derecho una tómbola de madera y de lado izquierdo lo que parecían dos boletos para algo.
- Muy bien, has llegado justo a tiempo Inoe-san, como sabrán hoy habrá un evento muy importante en Underworld, un antro de gran prestigio, los dueños en agradecimiento por el esfuerzo de terminar la reparación de la calle donde esta el establecimiento, antes de su evento, nos regalaron dos boletos, así que eh decidido rifarlos entre todos ustedes-
El jefe Umaga-san era un hombre muy considerado y justo, razón por la que me gustaba trabajar con el, al oírle decir eso no podía evitar reír, si de algo carecía era de suerte y eso lo sabia bastante bien, así que no me hacia demasiadas ilusiones de obtenerlos.
- Bien, quien saque la esfera dorada se los lleva, así como la tarde de hoy y el día de mañana de descanso ¿de acuerdo?-
Cuando el jefe indicaba lo último, la algarabía y las ansias de ganarlos se apoderaban de todos mis compañeros, así que veía como uno por uno giraba la manivela de la tómbola con gran animo, para después ver su cara de frustración o decepción al no obtener la tan preciada esfera dorada.
Pasados doce de los cincuenta trabajadores, me tocaba pasar, ante las risas de algunos que conocían mi falta de suerte y les causaba risa que mi turno fuese el numero de mala suerte por excelencia.
Tomando la manivela sin mucho ánimo, la giraba sin animo y sin prestar atención, no deseaba ver lo que ya sabia que acontecería, así que dirigía mi vista hacia el horario de labores de ese día. Pero el estruendo de risas, aplausos y felicitaciones que se daba a los pocos segundos me sacaba de mis pensamientos.
- Felicitaciones Inoe-san, aquí tienes, dos boletos para el evento, invita a quien quieras, aunque si fueses listo no llevarías a ninguna chica, ya que podrías ligarte a alguien famoso- Umaga-sama me entregaba los boletos con una sonrisa después de decirme esto, mientras yo los tomaba aun sorprendido por el hecho de ganármelos.
- Tengo el presentimiento que esta noche será una excelente noche- exclamábamos ambos en diversos puntos y en diferentes mundos, sin saber que esa noche, comenzarían muchos cambios para ambos.
Capitulo 4. Reencuentros I.
- Spoiler:
- Las luces de los reflectores, las cámaras, los reporteros, el barullo de una alfombra roja, un mundo tan común para mi, un mundo inexplorado para el....
La noche de ese día había sido perfecta para dormir en ropa interior y al aire libre. Fuese por el calentamiento goblal o como una advertencia de lo que pasaría esa noche, el destino seguía jugando sus cartas.
- ¿Por que no llegamos y entramos por la puerta trasera como siempre?- cuestionaba en voz baja a Elina mientras caminábamos por la alfombra roja con una gran sonrisa y saludando a las cámaras.
- Mientras no tengamos campaña publicitaria de la nueva línea, tendrás que mostrarte muchas veces en sociedad para causar expectativa sobre el lanzamiento de la línea de ropa- me respondía con el mismo tono de voz que usaba cuando me quería reprender por algo.
Mi amistad con ella era de esas amistades a las que se les puede dar el titulo de hermandad, yo no tenía familia y ella no deseaba recordar a la suya, por lo cual ambos éramos lo más cercano a un familiar que teníamos.
Al entrar al lugar, podíamos respirar un poco y relajarnos...el show para los reporteros había terminado y era momento de relajarnos. Un mozo vestido con una larga tunica color negra nos recibía y nos llevaba a nuestra mesa en el antro.
La música electrónica envolvía el lugar que estaba decorado exquisitamente como si se hubiese llegado al hogar del dios del mundo de los muertos en la mitología griega. Sobre mesa que simulaba estar hecha de huesos había ya dos copas de Champagne servidas, las cuales tomábamos con algo de alivio.
- Bueno...pues salud, por que pronto encontremos a tu galán misterioso- decía Elina quien vestía un elegante vestido de coctel con escote en la espalda, en color rosa y llevando el cabello recogido en un chongo, haciéndole ver elegante y hermosa.
- Salud y gracias por tus buenos deseos- exclamaba yo un poco sarcástico mientras chocaba mi copa con ella. Para ese evento había decidido ir con un traje corte español en color azul cielo, sin corbata.
Al terminar de beber la copa ambos reíamos como si fuésemos adolescentes en su primer parranda y aunque yo siempre me negaba a bailar, ese día decidí disfrutar un poco de la fiesta y seguía a Elina a la pista de baile, sin preocuparme nada, quería ver si la música me hacia quitarme la obsesión en la que se me había convertido el hombre de la playera.
La mañana y la tarde habían pasado muy rápido para mi, a duras penas recordaba lo que había hecho y en que calle había estado trabajando, inclusive solo recordaba que había pensado en llamar a Yessica e invitarle al evento, pero las palabras que el jefe había dicho resonaban en mi cabeza, así que desistí de esa idea.
Con la poca cabeza que tenia, había logrado invitar a mi amigo Romus, un chico francés que había llegado al país cuando era un niño, de cabellera castaña y lisa, piel blanca y unos ojos negros que cautivaban a cualquiera. He de decir que si bien mi condición bisexual me hacia sentir una gran atracción por el, nunca pretendí ni pretenderé nada con el por el simple hecho de que el esta muy seguro de su heterosexualidad, además de ser todo un perro con las mujeres y ciertamente tener mucho éxito con las féminas.
Así que esa noche era de cacería para ambos lobos.
Cuando llegamos al lugar ambos parecíamos sorprendidos de la magnitud del evento, reporteros, gente famosa y nosotros, un par de comunes y terrenales trabajadores vestidos con trajes sencillos en color negro, caminando por la alfombra roja y siendo fotografiados como si fuésemos famosos. La situación me causaba una mezcla de excitación y de incomodidad, sobre todo lo último.
Al fin, después de ser deslumbrados por los flashes, llegábamos al antro, el cual realmente era asombroso dada la decoración y la música que sonaba. Un sujeto de tunica negra nos llevaba hasta una mesa, en la cual había dos copas servidas, a las cuales sin tanto preámbulo, Romus y yo dábamos fin al contenido de dichos objetos.
- Bien hombre, pues ya sabes solo avisa en caso de cazar algo ¿eh?...no quiero andarte buscando por el lugar- le advertía al francés quien solo reía y asentía con la cabeza para después comenzar a caminar por el lugar ubicando a aquellas damas a las que trataría de seducir y llevar a su departamento a una noche de sexo salvaje.
Por mi parte esa noche no buscaba eso, quería distraerme y dejar de pensar en Yessica y sus perversiones. Mientras veía como el lugar estaba a reventar, la naturaleza me llamaba y cuestionaba a uno de los meseros por la ubicación del sanitario. El hombre amablemente me señalaba un pasillo en el ala oeste del lugar, así que sin más me dirigía a ese lugar.
- ¡AHORA REGRESO!- le gritaba a Elina mientras le señalaba un pasillo, a lo cual ella entendía de inmediata y asentía con la cabeza sin dejar de bailar.
Tal vez habían sido los nervios o el hecho de no parar de reír lo que me había denotado una necesidad urgente del sanitario.
Al entrar denotaba que no había muchos hombres, tal vez aun no estaban lo suficientemente alcoholizados para que el lugar estuviese a reventar como un baño de mujeres, por lo cual sonreía y agradecía el ser hombre, ya que la necesidad era impetuosa en ese instante.
Usando un migitorio y bajando el ziper de mi pantalón, comenzaba a sentir un alivio total. Sin embargo algo comenzaba a molestarme, podía sentir a otra persona repegarse detrás de mi, mientras sus manos comenzaban a desabotonar mi camisa.
- Vamos lindura, pasemos un buen rato antes de que lleguen otros- exclamaba el individuo con voz grave, mientras con una mano evitaba que pudiese subirme el cierre del pantalón, con la otra acariciaba mi abdomen y su lengua comenzaba a lamer mi cuello.
Girándome y poniéndome de frente lo observaba bien, el sujeto era el mesero que me había llevado a mi mesa. Si bien no era una persona desagradable, tampoco era un galán y el hecho de que hiciera eso en un lugar tan publico me hacia sentir repulsión por el.
- Ya déjame, no estoy para estas cosas- exclamaba con enojo mientras ponía resistencia a sus caricias y trataba de abotonarme la camisa y el pantalón.
El hombre parecía que no me escuchaba y al contrario, seguía con sus intentos. Al ver mi resistencia, con un rostro lleno de ira, me daba un puñetazo en el rostro, con el cual me tiraba en el húmedo suelo del sanitario. Una vez yo en el suelo el tipo se abalanzaba sobre mi y proseguía con sus intentos.
- ¡OYE TU!, deja en paz al chico, se ve que no quiere nada contigo- la voz de otro hombre sonaba en el lugar, una voz que me hacia sentir una extraña alegría.
El mesero al oírlo me soltaba y salía corriendo como si se tratase de una rata.
- ¿Estas bien?... ¿quieres que le llame a alguna persona con la que vengas?- me preguntaba con mucha preocupación en su rostro, tal vez mi estado era tan deplorable de nuevo que no me reconocía pero yo a el si.
Cuando me tendía su mano para levantarme, lo único que podía hacer en ese momento, como si mi vida dependiese de eso, era tomársela para después abrazarlo con tal fuerza que parecía que no quería separarme de el nunca, mientras varias lagrimas corrían por mi rostro, las cuales el limpiaba con mucho tacto y sin temor a equivocarme, con ternura.
Así que al estar en esa situación con mi dulce obsesión, no pude aguantarme mas y lo besaba, depositaba en sus labios el mas profundo y sincero beso de toda mi existencia, como lo había deseado hacer desde aquel día, mientras afuera la gente seguía bailando enajenada por la música y el alcohol, cosa que hasta hoy agradezco, por que nos dio la oportunidad de escapar de ahí e ir a mi departamento a terminar la velada y si quedaba tiempo conocernos un poco mas...
Capitulo 5. Rose.
- Spoiler:
- I need you love
I’m broken rose...
I want a need you love
I’m broken rose.....
I want a need you love.....
Las caricias, el roce de mi piel algo oscurecida por el sol con su blanca y suave piel, nuestros cuerpos tratando de fundirse en uno solo, el sudor recorriendo todo nuestro ser, el vaivén de mis caderas, el excitante sonido del choque de estas con su bien formada parte posterior y nuestros labios uniéndose en profundos besos era lo ultimo que recordaba a la mañana siguiente que despertaba en una cama que no era mía y en un departamento muchísimo mas lujoso que el mío.
Algo sorprendido por esa visión tan repentina, giraba mi rostro para ver el de mi acompañante, este dormía con la tranquilidad en su rostro de un infante, realmente me causaba cierta ternura el hecho de que alguien tan pasional como amante pudiese verse así. No me atrevía a despertarle ya que la noche anterior había sido todo un coctel de emociones.
Levantándome de la cama y estirándome un poco, comenzaba a curiosear por toda el lugar, sin preocuparme el hecho de estar desnudo, así acostumbraba a estar en mi hogar cuando tenia tiempo para descansar.
Realmente el chico parecía tener una buena posición social, ya que el departamento resulto ser un penthouse, equipado con los más selectos muebles y decorado con algunas piezas de arte moderno. Al pasar por la cocina, un pequeño rugido en mi estomago me recordaba que no había comido nada desde la tarde del día anterior, así que sin mas comenzaba a preparar un desayuno para dos.
Al abrir los ojos ese día, una extraña sensación de satisfacción y alegría me embargaba totalmente, una sensación tan agradable que no había experimentado desde hacia ya 10 años y que había sido asesinada súbitamente en ese tiempo por alguien en quien creí podía confiar siempre.
- Buenos días- exclame mientras bostezaba, pero al no recibir respuesta alguna miraba rápidamente a donde supuestamente debería estar mi salvador. Haciendo un análisis visual rápido de toda la habitación, me tranquilizaba un poco al notar que su ropa aun estaba en el suelo. En un impulso ciertamente infantil, corría hacia ella y la revisaba, estaba toda, incluyendo su ropa interior.
- Bueno....que tal si no le importaba salir en paños menores a la calle- exclamaba yo como tratando de auto-excusarme de tal actitud.
Asi que, después de solo sonreírme frente al espejo y de cubrir mi desnudez con una bata color azul marino, salía de mi recamara en total silencio, solo para que el sonido del aceite caliente me llamara la atención y por ende, como un acto reflejo, mis pies me llevasen hacia la cocina.
Y ahí estaba el, desnudo, con esa anatomía tan hermosa y varonil, peleando con los utensilios de mi cocina y tratando de descifrar lo que decían las cajas, latas y botellas de la alacena decían. En ese momento trataba de adivinar lo que el estaba pensando, en que yo era todo un "presuntuoso y sofisticado niño rico"
No podía culparle, desde que había tenido éxito y comenzado a crear mi fama y fortuna, había comenzado a ser mas elitista y exclusivo en varios aspectos de mi vida, incluyendo el de la comida. En mi cocina y refrigerador había una mezcla de ingredientes internacionales, desde tomates italianos hasta polvo para hornear holandés.
El verle algo frustrado me hacia reír un poco, con cuidado de que no me notase, caminaba hasta la cocina y tomando un delantal blanco que tenia colgado siempre en la entrada a dicho lugar y que casi no ocupaba, salvo ocasiones especiales, me posaba detrás de el, quien tenia en su mano derecha un frasco con un contenido verde lleno de pequeñas hojas, para después ponerle el delantal y besar su mejilla mientras le susurraba con mucho cariño
- Así que el constructor de edificios experimentara crear un omelet con chimichurri, será interesante probarlo-
- Ahora la pregunta del millón... ¿Como diablos prepara un desayuno decente si ni siquiera puedo entender que es lo que hay en la alacena?- pensaba furioso mientras cuidaba que el huevo que había batido y puesto en el sartén no se quemara. De verdad que el tipo debía ser de esos niños mimados y consentidos, aunque realmente no me lo parecía del todo.
Cuando estaba tratando de adivinar el contenido de un frasco, las manos del chico me ponían un delantal para talvez cubrir un poco mi desnudez, mientras mencionaba algo en voz baja, lo que me hacia sonreír un poco. Después girando sobre mi propio eje para quedar frente a el, negaba con cierta vergüenza y le besaba.
- No, sencillamente creo que si quiero volverme poliglota vendré a tu casa mas seguido- respondía yo con cierta picardía mientras le abrazaba.
- Seria un placer para mi, Kenta- respondía con voz calma mi rubio amante.
- No tientes al diablo, angelito o podrías volver a pecar y entonces no podrás volver al cielo- le respondía mientras reíamos al ver que el huevo que había estado cuidando de no quemarse, estaba pegado al sartén y tan quemado que era preferible comer tierra que eso.
- Bueno Mikel ¿quieres matarnos o que?...¿podrías tener mas cuidado al cocinar?, ¿que no ves que tenemos visi...- la voz cansada y molesta de una mujer nos hacia desviar la mirada hacia ella quien estaba acompañada nada menos que por Romus, quien al verme ahí y en esa situación se quedaba un poco sorprendido al igual que la sexy pelirroja quien miraba seria a mi acompañante.
- Eh...perdón...fue un descuido mío...creí que solo estábamos el y yo....Mikel nunca menciono nada sobre alguna compañera de cuarto- respondía yo algo avergonzado mientras Romus se sentaba en uno de los verdes y cómodos sillones del lugar.
- No lo mencione por que NO hay tal compañerismo de casa, Elina, querida...me puedes explicar ¿que haces aquí en mi casa y con ese joven?- respondía yo rápidamente y algo enfadado por que el encanto de un día completo con el hombre de mis sueños se había roto por culpa de mi mejor amiga.
- Pues...como ayer ya no te vi en la fiesta, me dedique a disfrutar del evento con Mounsier Romus, aquí presente- en el acto señalaba al hombre quien asentía y hacia una cortes reverencia con la cabeza- como me preocupe, a eso de las 5 de la mañana vine para ver si estabas aquí, pero no oí ruido alguno, así que bueno...el como todo un caballero me acompaño hasta aquí y se me hizo grosero no invitarlo a pasar y pues una cosa llevo a la otra y como tu siempre me has dicho que esta es mi casa también, pues nos fuimos a la habitación de huéspedes y bueno el olor a quemado nos hizo despertar- decía Elina ya un poco mas tranquila y hasta un poco avergonzada.
- Si, siento si le hice sentir incomodo Mikel-san y en este momento me retiro si lo cree conveniente- levantándose el chico francés quien iba en boxers hacia una cortes reverencia para caminar de nueva cuenta hacia la habitación de donde habían salido, no sin antes detenerse unos pocos pasos alejado de la sala y girando su mirada se dirigía a mi pareja.
- Ah y tranquilo Kenta, ni diré nada de esto en el trabajo, aunque todos sospechábamos en el departamento de vialidad que había algo raro contigo-
Dicha declaración me sorprendía, por lo cual mirándole con extrañeza y separándome un poco de el le cuestionaba
- ¿Lo conoces?-
Kenta no decía nada y solo asentía con la cabeza.
Las palabras de Romus me habían dejado perplejo, pero aun mas que el mundo fuese tan pequeño y el destino tan asombroso.
- Si Mikel, Romus es un compañero del trabajo, lamento que te enteres así...pero te mentí cuando nos conocimos, no construyo edificios si no que arreglo calles para el distrito, aunque mi sueño siempre ha sido ser arquitecto-
Creí que era el momento indicado para ser sincero, no tenia caso mentir mas u ocultar algo. Para mi sorpresa, Mikel sonreía abiertamente y dándome un pequeño beso en los labios para después acariciar mi mejilla y dirigirse a la chica llamada Elina y a Romus.
- Elina, ¿me ayudas picando algunos chiles jalapeños, cebolla y jitomate?- decía mi chico mientras la chica extrañada asentía y se dirigía al refrigerador para sacar los vegetales indicados
- Un gusto conocerle Romus-san, ¿me podrían hacer un favor?...llame al departamento e indíqueles que tanto usted como Kenta no regresaran a trabajar ahí, ya que a partir de hoy ambos son los nuevos modelos exclusivos de la compañía A&D- mencionaba con tanta seguridad que no podía ser una broma y eso era algo que sorprendía de sobremanera a Romus quien solo asentía y se dirigía al teléfono.
- Y tu cariño... ¿puedes volver a batir los huevos?, pero ahora en un recipiente mas grande, por que será un desayuno para cuatro, digo nuestros amigos también deben tener hambre y hoy les cocinare unos huevos a la mexicana, ideales para sobreponernos y estar al cien para mañana iniciar el trabajo ¿si?-
Su tierna mirada y su semblante feliz me hacían confiar en que todo lo que decía era cierto. Y aunque había cometido el error de desconfiar de el después, hasta ahora creo que siempre dijo la verdad, ya que esos ojos siempre han sido transparentes y nunca hay cabida en ellos para la sombra de la mentira.
Capitulo 6. The Kill. Parte I
- Spoiler:
- -Aerolíneas Starlight agradece su preferencia e informa a los pasajeros con rumbo a Londres que dentro de treinta minutos podrán abordar el avión por la puerta siete-
La voz de la dama se apagaba nuevamente dejando otra vez que el sonido del bullicio natural del aeropuerto inundase toda la sala.
Ahí estaba yo, parado con una maleta llena de ilusiones y recuerdos, todos de gran importancia y los cuales sabía que de no dejar atrás no me dejarían avanzar, pero si algo tenia era mi terquedad y me negaba a dejarlos. Saliendo a la calle, sacaba de entre mis ropas un encendedor, una foto y un cigarrillo.
- Mikel... ¿algún día me perdonaras? ¿Te veré sonreír como en esos días de nuevo?- me preguntaba mientras le prendía fuego a la foto y con la llama de esta, encendía mi cigarrillo, para después dejar caer el papel incandescente al suelo y observar como se terminaba de consumir la imagen de una de las culpables de que estuviese a punto de irme del país....Yessica.
- ¿Estarás recordando tu también en estos momentos este ultimo mes?- preguntaba al aire para después cerrar los ojos y seguir recordando.
- Ok, ok, ya, hey...basta, ya....aagh...HABER YA DEJA QUE EL FOTOGRAFO HAGA SU TRABAJO Y VEN ACA- la potente voz de Elina me hacia sentir un escalofrío mientras me separaba de Kenta con cara de puchero y me sentaba a su lado.
- Es el colmo con ustedes, por una parte quieren que su romance este en secreto y por otra parece que deben estarse besando y acariciando cada diez segundos- mi amiga parecía muy molesta sin embargo cuando Romus estaba posando y le enviaba un beso, su semblante se relajaba- Mikel, se que estas muy enamorado de el, pero cálmate, no olvides que aquí estamos trabajando, fuera de aquí...puedes comértelo a besos-
Era verdad, en los últimos tres días habíamos estado tan juntos que parecíamos unos siameses incestuosos y creo eso me había distraído un poco de mis obligaciones. Así que asentía apenado y como si fuese una bofetada de realidad, solamente sonreía.
- Perdón Elina-chan, tienes toda la razón- levantándome de la silla comenzaba a dar indicaciones tan precisas y a mostrarme tan exigente con todos que Kenta parecía extrañado con esa actitud que no había visto de mi.
La gente al escucharme decía que era todo un capataz, alguien incapaz de aceptar errores y era verdad, alguna vez Elina me lo había dicho
- Cuando estas diseñando, dirigiendo una sesión de fotos o ultimando detalles en un desfiles, eres tan cruel que la gente al finalizar la jornada, llora en el baño-
El mundo del modelaje y de las modas ciertamente no me llamaban la atención, tal vez por que consideraba que eso era de metrosexuales y yo no quería caer en ese esteriotipo. Sin embargo cuando Mikel nos había integrado a su mundo pude ver la complejidad de dichas actividades a las que consideraba huecas o plásticas.
Algo curioso era que mi rubio amante parecía tener varias facetas tan diversas y diferentes entre si. Cuando estábamos en una sesión de fotos, su semblante se llenaba de pasión, de un gusto total por lo que estaba haciendo, por una búsqueda de perfección. Me era divertido descubrirlo en el transcurso de las cosas.
Una vez que mi cruel y amado "jefe" había quedado satisfecho con las fotografías de ese día, me dirigía una gran sonrisa.
- Eres un modelo nato, no se por que no te dedicaste a esto desde siempre-
Su blanca sonrisa me daba una tranquilidad efímera, ya que dentro de mi sabia que el era lo mas transparente conmigo desde el inicio, mientras yo aun no le confesaba mi bisexualidad.
- Bueno chicos, vayan a cambiarse, los esperamos en la oficina de Mikel, ¿de acuerdo?- exclamaba Elina quien besaba a mi amigo Romus con gran pasión.
- OYE...no que eso no lo podemos hacer- un chibi Mikel molesto comenzaba a reclamar mientras la pelirroja se lo llevaba de ahí.
- Se ve que el chico te quiere demasiado- exclamaba Romus mientras caminábamos hacia los vestidores para cambiarnos la ropa.
- Si y yo a el....aunque....- respondía yo mientras traba de encontrar las palabras adecuadas para expresarle mi preocupación por no ser del todo sincero con el.
- ¡¡KENTA!! ¿Tu aquí?- la voz de una dama que yo conocía a la perfección me hacia girar y asegurarme que era quien yo pensaba.
- Si Yessica, soy el nuevo modelo de esta compañía, junto con Romus- mi compañero solo sonreía mientras miraba a su alrededor como buscando algo minúsculo o invisible.
- Vaya que maravilla, yo igual trabajo aquí, como secretaria del contador, por cierto debo pedirte perdón cariño te eh tenido muy abandonado y creo hoy por fin me cumplirás mi fantasía ¿verdad?- exclamaba la morena de cuerpo bien formado aunque no tan perfecto como el de Elina mientras acariciaba mi torso desnudo y veía con una mirada lasciva a Romus.
- No lo creo, mi amigo es de una sola mujer- respondía yo mientras veía como Romus cerraba los ojos mientras negaba con la cabeza y se alejaba de nosotros.
- Creo debes aclarar muchas cosas con la señorita, así que mejor los dejo solos, con su permiso- metiéndose a uno de los vestidores, mi amigo me dejaba a merced de Yessica.
- Bueno lindura, tengo exactamente 30 minutos para que me satisfagas- empujándome hacia el otro vestidor, comenzaba a besarme mientras ella se iba desnudando.
Tal vez era mi confusión o el hecho de que quería que esa fuese la última vez que tenia sexo con ella, que cedía a sus deseos y comenzaba a besarla y acariciarla con tal pasión que la mujer comenzaba a gemir placenteramente.
- Mm.......creo que dos sesiones de fotos mas en alguna locacion y tendremos la campaña completa- le mencionaba a Elina quien me miraba muy divertida - ¿Puedo preguntar que te causa risa?- preguntaba yo algo molesto, aun no se me olvidaba que ella me reprendía y luego hacia lo mismo que yo.
- Ay Mikel, es que la verdad no te había visto tan animado desde bueno...tu sabes, por eso me divierte que por un lado sigues siendo el hombre de negocios pero por el otro eres un adolescente enamorado- mi amiga decía esto mientras sacaba un cigarrillo y lo prendía.
- Bueno, ya se tardaron ¿no crees? si no fuese por que Romus-san es totalmente hetero y te es fiel a su manera, pensaría que nos están pintando el cuerno- respondía yo cambiando de tema abruptamente, era verdad, no estaba así desde hacia tiempo, pero no quería recordarlo.
- Si tanto te preocupa Kenta-san, ve a los vestidores a ver que sucede con ellos- me proponía la pelirroja exhalando un poco de humo y con una mirada burlona.
Sin embargo tenia razón, me sentía inquieto, así que sin pensarlo salía de la oficina camino hacia el lugar donde se suponía que debían estar, pero a mitad de camino me encontraba con Romus quien me miraba con cierta pena.
- Mejor espera a Kenta en la oficina, creo se tardara un poco mas- me decía como tratando de evitar que llegase hasta haya, con un tono de preocupación que me hacia sentir que algo andaba mal.
- No, creo que iré a ver a Kenta, ¿le sucede algo verdad?-respondía yo con muchísima aprensión mientras corría hacia los vestidores sin que Romus pudiese detenerme.
Al llegar a los vestidores, los gemidos de placer de una mujer me hacían sentir algo de nauseas y al abrir la puerta, encontraba a Kenta con una chica...desnudos, en una posición en la que ella estaba muy cómoda y que parecía darle enorme placer, mientras el lucia extasiado. Cuando ambos se percataron de mi presencia sus actitudes me desconcertaron, ella parecía animarse mas y a gemir mas y el....el solo me ocultaba la mirada.
En ese momento desee tanto haberle hecho caso a Romus y no haber llegado ahí...que salí corriendo como si con esto pudiese retroceder el tiempo.
Ojala lo hubiese logrado......
Himoru- Heichō - Cabo Primero
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Re: Rachat's Angel. Tomo 1.
Muy bien de momento sólo miré el primero pero ya me ha gustado mucho
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