[ER] Fuerzas de Autodefensa de Japón

La Fuerza de Autodefensa de Japón, en japonés 陸上自衛隊 (Rikujō Jieitai), o JSDF según sus siglas en inglés (Japan Self-Defense Force). La JSDF opera bajo el mando del jefe de Estado Mayor terrestre, basado en la ciudad de Ichigaya (Tokio). El actual jefe es el General Kunio Matsuda.

Recientemente, el departamento de investigación a cargo de la Capitán Loreana Dringer ha sido trasladado de la fuerza policial al ejército. Ahora sus oficinas se encuentran en la sede del ejército en Ichigaya, Distrito de Shinjuku, Tokio.

La Capitán Loreana Dringer está a cargo de la Mayor Clarissa Dumpel y del Suboficial Alex Slade.

Slade escribió:

Al llegar Alex al edificio, tuvo que presentarse en la recepción, donde le hicieron un examen ocular confirmando su identidad. Le dieron además una credencial, con la que le dijeron que podría acceder al tercer nivel del importante establecimiento. Cuando salió del ascensor vio una serie de oficinas mucho más amplia y nueva que lo que había disfrutado en la humilde estación de policía.

Por suerte un empleado estaba preguntando por la Capitán Loreana. Llevaba unos cafés en una bandeja. Alex no tuvo más que seguirlo para dar con la puerta del despacho de Loreana Dringer. Al llegar no tuvo más que golpear y le indicaron que podía pasar. Clarissa estaba allí. La Capitán le dio los buenos días, mientras que Alex debía saludar como correspondía, tanto a Loreana como a Clarissa... después de todo era una superior también.

-Suboficial... lo llamé por algo importante. Vamos a tener una reunión con el General Kunio Matsuda... el jefe del ejército -le informó Loreana- no me han adelantado lo que nos dirá en la reunión, pero estoy segura que es sobre la investigación de anoche. ¿Está listo?

Alex Slade

Después de recibir el mensaje de Clarissa, subio a su cuarto, se cambio y se tomo un taxi a la estación de trenes, de allí directo a la Fuerza de autodefensa de Japón.  En bicicleta le quedaba muy lejos, y además hacía demasiado frío.  No vio a sus compañeros esa mañana, ya que no se dirigio a la mansión, tampoco vio bajar a Dereck, a Gabo o a kevin... seguirian durmiendo, o se habrían levantado mas temprano.

El edificio era inmenso, nada que ver con su antigüa estación, había mucha seguridad, subio al tercer piso luego de que le dieran su credencial... hasta se sentía importante.  Las oficinas eran muy amplias, no sabía donde estaba Loreana, pero escucho a un empleado que preguntaba por ella y lo siguio, asi dio con su oficina, enseguida lo hicieron pasar, Clarissa ya estaba ahí... cosa que esperaba, siempre era igual esa chica no podía ser tan perfecta en su trabajo.

Hizo el saludo que correspondia para el nuevo lugar, los nuevos roles de cada uno, y su nueva jerarquía.  Loreana empezó a hablar.

- Siempre listo.  Le dijo con una sonrisa.

Clarissa lo agarro de la manga y lo trajo hacia ella para decirle algo al oído.

- Mas vale que te comportes en la reunión con el General, Alex... no hagas ningún estupido chiste!

Y lo solto para luego arreglarle la arruga que le había causado en la manga, y luego se acomodo ella su ropa.  Loreana los miraba a los dos con ojos fulminantes.

- Si señor, cuando usted indique!  La miro a Clarissa como esperando que esa manera le haya gustado mas, a lo que la chica lo miro con cara de pocos amigos.

Que les diria el General, como habra salido todo... ya pronto lo averiguaria.

Slade escribió:

Loreana Dringer

Kunio Matsuda

La Capitán se levantó del asiento y les pidió a ambos que la siguieran. Fueron unos pisos hacia arriba en ascensor hasta dar con un pasillo mas amplio y elegante, completamente blanco. En la puerta doble del fondo había dos banderas grandes, una de cada lado. Una, era la bandera blanca y roja, de japón. La otra, era la bandera de los Estados Unidos.

Antes de aquello había, en el pasillo, un escritorio, donde una secretaria trabajaba. Alzó la vista al verlos.

-Capitán Dringer, en seguida la anuncio -dijo.

Pasaron dos minutos, y los hicieron pasar a un despacho de grandes ventanales y un enorme escritorio. Detrás de él un hombre ataviado con uniforme militar, de unos 50 años, típicamente japonés. La Capitán y la Mayor saludaron enérgicamente llevando las manos a la cabeza.

-Está bien, tranquilos todos, relájense... tomen asiento por favor.

Mientras se sentaban, resplandecía el cartel dorado de "General Kunio Matsuda" en el escritorio del hombre. El sujeto sonrió y abrió sus brazos hacia ellos.

-Debo felicitarlos, realmente. La misión de ayer nos ha hecho trabajar toda la noche y lo que va del día, y ha llegado a oídos del mismísimo Primer Ministro Yamamoto. Me ha hecho la recomendación de ascenderlos, y eso haré, si es que están de acuerdo... -dijo y terminó riendo de su propio chiste.

Parecía un hombre alegre, para ser General.

-No esperaba un ascenso tan repentino, pero no me quejaré, General Matsuda... -dijo Loreana- es grato que se nos reconozca, pero sólo hacemos nuestro trabajo.

El general usó todo el respaldo de su sillón y miró a Loreana alzando una ceja.

-Ah, vamos... llámeme Kunio. Además del ascenso, tengo que comunicarles una cosa más. Eh... me gustaría que bajo ningún concepto se filtre información sobre lo que vieron anoche. Y además... por recomendación del Primer Ministro Yamamoto, tengo nuevas órdenes para ustedes...

El hombre le entregó una carpeta a Loreana. La mujer la observó rápidamente y la cerró algo confundida.

-General Matsuda... ¿nos reasignan? -dijo- no se qué sepa el Primer Ministro de nosotros, pero acabamos de llegar de la policía y...

-El ejército necesita renovarse y fortalecerse. Creemos que ustedes tienen más para dar... ¿su descubrimiento no es la prueba de ello? Japón tiene nuevos problemas y es por eso que nos hemos puesto la meta de renovar nuestras fuerzas. Sabe usted que este país tiene una tenacidad de hierro cuando se lo pone a prueba... mire esto por favor...

Tocando un botón en su escritorio, salió de él un monitor donde se proyectaban unas imágenes. Eran fotografías y grabaciones de veloces borrones. Eran siluetas deformes, bastante grandes.

-Los asesinatos en aumento de los que tanto habla la TV... están relacionados a estas criaturas. Y debo confesar que hasta que no lo vi, no lo pude creer. Estas son grabaciones de cámaras de seguridad y fotografías caseras. Y cada vez que alguien es atacado por una de estas cosas muere... así que no tenemos demasiada información.

En algún punto, las figuras le hacían recordar a Alex, a las criaturas que había visto en Pandemonium, la primera vez que había entrado allí.

-El Primer Ministro Yamamoto llegó al poder, entre otras cosas, porque es un hombre tenaz como lo es este país. Y no le tiembla el pulso para combatir cualquier cosa que ponga en riesgo la seguridad de los ciudadanos. Se formará un equipo de inteligencia, captura y exterminio de estas criaturas y comenzará con ustedes tres. A partir de este momento quedan reasignados a esa tarea ¿no es una buena noticia? Más tarde se les asignará un nombre oficialmente... tendrán el nivel 2 de este edificio para ustedes.

El General les sonrió a los tres y entrelazó las manos sobre su pecho.

-¿Alguna pregunta?

Alex Slade

Se dirigian al despacho del General, ese lugar era aún mas amplio que el anterior, enseguida los recibieron.  Loreana y Clarissa le dieron un energico saludo, a lo que Alex también lo hizo un poco mas tarde.  Aunque el General se veía algo mas relajado, o por lo menos parecía mas accesible que su capitan y su compañera.

Lo proximo que hizo fue anunciar un ascenso para los tres por su buen desempeño en la misión de ayer con un chiste de por medio, al cual Alex no pudo evitar sonreir.

Matsuda siguio hablando, luego mostro unos videos, con lo cual la cara de Alex cambio completamente, esas criaturas eran muy similares a las que había visto en Pandemonium, de hecho se le escapo decir en vos baja.

-- Pandemonium... Pero al parecer solo Clarissa lo había escuchado.

Iban a armar una fuerza de inteligencia para luchar contra esos enemigos.  Ahora Alex debía enfrentarse a lo mismo pero desde dos frentes, uno con sus compañeros vástagos y otro con Loreana y Clarissa.

Ambas mujeres se quedaron calladas, no sabían que decir frente a todo eso... pero Alex tenía muchas dudas sobre el tema.

-- Si me permite... ¿Qué tanto saben de esas criaturas? ¿Acaso son extraterrestres... quizás demonios? ¿Tienen algún lider que los guíe o son como animales salvajes sueltos por la ciudad? ¿Acaso lo que vimos ayer es algo creado para luchar contra esos enemigos... u otros? ¿Quizás tienen relación con lo qué vimos hace unos días en el océano?

Estaba claro que Alex sabía mas de lo que preguntaba.

Slade escribió:

Loreana Dringer

Kunio Matsuda

El General ante las consultas de Alex frunció el ceño.

-La verdad, no sabemos mucho sobre esas criaturas. Recién estamos en el segundo día del nuevo gobierno y ya se creó una división para ese propósito. Se está actuando rápido pero no podemos hacer lo imposible... para eso van a trabajar ustedes ¿me entiendes, muchacho? Ustedes resolverán todas esas dudas que tienes, porque nosotros tenemos las mismas...

Respecto a lo que se comentaba sobre las unidades clandestinas, el hombre sacudió la cabeza. Pero antes de que pudiera contestar, un hombre rubio entró sin golpear la puerta sobresaltándolos a todos. Loreana se levantó y parecía a punto de dejarlo KO, pero el General fue más rápido y le dijo que se calmara. Luego miró al hombre.

-Señor embajador ¿tiene prisa? ¿a qué debo el honor de su visita? -preguntó tranquilamente.

-¿Qué significa esa reforma en la constitución de la que habla el Primer Ministro? ¡Saben bien que no pueden formar un ejército de verdad! ¿Y estaban fabricando robots gigantes? ¡Exijo una explicación, General Matsuda!

El General suspiró sin perder su buen semblante. Sonrió y le ofreció, con un gesto, un asiento al embajador de los Estados Unidos. Pero éste no aceptó.

-¿Por qué no toma algo, señor Embajador? Luce algo alterado, y estamos entre amigos ¿no cree?

El Embajador bajó un poco su actitud amenazadora. Era la segunda vez que el general se tomaba a bien los gritos del embajador, y al parecer eso estaba haciendo efecto, suavizando a aquel rubio señor.

-¿Cómo va la ocupación en medio oriente? ¿Y las criaturas que atacaron gente por todo el país?

El embajador abrió la boca, pero no dijo nada.

-Japón tiene el mismo problema. Usted lo sabe, somos amigos ¿no? Lo sabe, y usted es inteligente, no me diga que no lo veía venir. ¿Espera que Japón se siente a esperar la ayuda de Estados Unidos mientras estas cosas matan a la población? Pronto habrá pánico generalizado... muy pronto. Y el Primer Ministro anunciará que Japón no esperará a Estados Unidos para proteger a los ciudadanos. Eso calmará un poco a la gente... y le quita a Estados Unidos la responsabilidad de venir a ayudar.

-¡Pero nos hemos ganado la ocupación en buena ley, en la guerra!

-¡La segunda guerra mundial fue hace casi un siglo, mi buen amigo! ¿No va a decirme que tenemos que morir a manos de estas criaturas sólo porque estados unidos arrojó dos bombas nucleares hace 80 años, verdad? ¿eso le va a decir al mundo? "No ayudaremos a japón, estamos ocupados... pero tampoco permitiremos que se ayuden ellos mismos". ¿Qué busca, hundir la imagen de su país? ¡No sea necio, mi amigo!

-Si esto continúa... -decía bastante alterado pero a la vez, con cierta vacilación, el Embajador.

-¿Si esto continúa... qué, mi amigo? -preguntó el General, observándolo a los ojos.

-Washington dará la orden de retirar la embajada. Y sabe lo que eso significa...

El general en ese momento se acercó hasta el embajador, dando un rodeo por su escritorio, tomó las manos del hombre rubio y le palmeó uno de sus brazos.

-Que tenga entonces un buen viaje, mi querido. Ahora, me sabrá disculpar, pero estaba en medio de una reunión... -le dijo el General, echándolo del despacho.

Cuando por fin el embajador se fue, el general Matsuda se volvió a sentar, como si nada. Pero antes de volver a hablar de lo que estaban hablando, llamó a su secretaria con el intercomunicador.

-Ah ¿me haces un favor? Las banderas norteamericanas de la entrada de mi despacho, y del frente del edificio deben ser reubicadas. Creo que el museo de historia sería un buen lugar. Y por favor, que ya no nos interrumpa nadie -le ordenó a la secretaria.

Por fin, el general volvió a mirar a Alex.

-¿En qué estábamos? Ah sí. Nadie sabía del desarrollo de esas unidades. ¡Ni siquiera conocemos la tecnología que llevan! Por eso hemos trabajado toda la noche investigándolas. Lo cierto es que al menos en algo tienes un poco de razón muchacho... la idea es utilizarlas. Si antes estábamos decididos a fortalecer el ejército y luchar contra este mal, con la aparición de estas unidades, estamos aún más convencidos. El Primer Ministro cree firmemente que es obra del destino, un golpe de suerte decisivo... -mencionó seriamente.

Alguien llamó a la puerta. El general miró el reloj.

-Debe estar ser el instructor... es un especialista, ya lo verán. Lo asigné a su división... descubrirá los secretos de las nuevas unidades y además les enseñará a ustedes.

La secretaria se había ido, a quitar las banderas... así que abrió el General.

-Él es el Comandante Haon Kruze. Comandante Kruze, les presento a la Capitán Loreana Dringer, a la ahora Alférez Clarissa Dumpel y al Mayor Alex Slade.

Spoiler:

Haon saludó a todos mientras que mostraban sus respetos hacia él.

-Será un placer trabajar con usted, Kruze-shosa. -saludó Loreana.

Haon recibió los saludos y asintió con la cabeza.

-Lo mismo digo Capitán, Alférez, Mayor...

Alex Slade

Escucho lo que decía el General, como se había imaginado no sabían ni donde estaban parados... criaturas matando gente, creación de robots debajo de sus narices y ni se enteran.

La reunión fue interrumpida por el Embajador de Estados Unidos... no presto demasiada atención a la discusión que tenían, la politica lo aburria bastante... aunque si sintio cierta verguenza de ser Americano cuando escucho las vacías amenazas del Embajador de su país.  Movio la cabeza para ambos lados y penso.

-- Humanos... estan a borde de la extinción y se ponen a discutir por políticas inútiles.  Aunque el también había sido humano antes, pero frente a esas cosas le sentaba mejor ser un vástago.

Una vez que se fue el embajador el General siguio explicando algunas cosas, pero otra vez fue interrumpido, esta vez era el que iba a ser el instructor de esa nueva fuerza que querian formar.

Le causo gracia al ver que se trataba de Haon... los chicos de Deneb estaban en todos lados, en la televisión, en el ejercito... casi suelta una risa pero se mantuvo firme y siguio el juego, lo saludo como el resto de sus colegas.

-- Bien, ¿Por donde empezamos?

Finalizo diciendo, mientras ellos discutían politicas, creaban nuevas divisiones de inteligencia, Pandemonium ya hacía estragos sobre el planeta con esa criaturas sueltas.

Slade escribió:

Haon Kruze

-Muy bien, si eso es todo nos retiramos, General. Tenemos trabajo que hacer.

El general asintió ante lo dicho por Haon y los cuatro dejaron el despacho de Matsuda. Al salir, Haon se quitó su gorra y observó a la Capitán Dringer mientras caminaba.

-Comandante Kruze ¿es usted...?

-Si, mi sangre está mezclada también. Creo que esta es una división sin apellidos japoneses ¿qué le parece?

-No tengo comentarios al respecto. Comandante, le encargo a la Alférez y al Mayor.

Haon rió brevemente.

-Nada de eso, son sus hombres. Sólo soy un instructor, no vengo a ejercer mi rango de Comandante sobre usted. Me han pedido reincorporarme por la urgencia que se tiene para aprender a manejar las nuevas unidades.

-¿Qué opina sobre todo esto? -dijo Loreana, deteniéndose delante del ascensor. Haon también se detuvo.

-No es el lugar adecuado para decirle mi opinión, Capitán. Con permiso... Mayor Slade, Alférez Dumpel, síganme.

El ascensor se cerró dejando afuera a la Capitán Dringer. Tenían algunos minutos libres desde ese momento hasta llegar nuevamente a la fábrica en la que, el día anterior, habían realizado la inspección. Al subir todos a un auto negro una persona que conducía comenzó a llevarlos hasta aquel lugar. En el viaje, tuvieron oportunidad de charlar un poco con el Comandante Kruze. Les hablaba desde el asiento del acompañante, mirando hacia atrás.

-Nuestro trabajo parece que es encontrar una forma de deshacernos de unas criaturas bastante molestas y no creo que un tanque enorme equipado con misiles nos ayude en nada. A menos que la idea del General y del Primer Ministro sea destruir el país entero junto con esas criaturas.

A diferencia del general, Haon no reía cuando decía ese tipo de cosas. Parecía algo fastidiado por toda esa situación, aunque delante del General no había puesto aquella cara, claro.

-Yo... estoy en el ejército porque... -dijo, e hizo una pausa en la que dudó- simplemente creo que no se enteran de nada, y me da pena. Por eso ayudo en lo que pueda... no sé hacer otra cosa más que pensar como un soldado -sentenció.

Luego hizo una pausa, bajó la ventanilla del coche y encendió un cigarrillo.

-¿Qué hay de ustedes... por qué decidieron este camino? -les preguntó a ambos.

Alex Slade

Después de las presentaciones, los tres se fueron con Haon dejando atras al General Matsuda... una vez en el ascensor, Loreana también los dejo.

Subieron a un auto negro, durante el viaje Haon comenzo a hablar.

-- "Como si no supiera porque elegi este camino".  Se dijo así mismo, pero la que empezo a hablar fue Clarissa.

-- En mi caso es por "descendencia"... o sea, vengo de una familia militar, mi abuelo era general en la Marina Nacional de Francia, luego mi padre también obtuvo un cargo importante en los Comandos de la Marina Francesa, conocidos también como Boinas Verdes... al igual que los llaman en Estados Unidos... pero yo no quería que la influencia de ellos me hiciera escalar cargos, lo quería lograr por mi misma... por eso me vine para Japón... Desde entonces el Capián Loreana me viene entrenando, le debo toda mi experiencia a esa mujer.

Guardo silencio y miro a Alex esperando que el muchacho contara su versión.

-- Pues... lo mío es mas simple... hace cinco años perdi a mi familia en manos de alguna mafia, y mi hermano menor había desaparecido... Se quedo unos segundos pensativo y continúo.

-- Por eso decidí unirme a las fuerzas de la policia... primero para no permitir que las mafias sigan destruyendo familias y segundo... mi intención era convertirme en detective o algo así, para dar con mi hermano... pero hace pocos días lo encontre... Su cara se había tornado mas seria.

-- Vive con una familia mafiosa, pero esta a gusto con ellos, y como tiene amnesia, no recuerda nada de su vida anterior, no puedo sacarlo de allí fácilmente... ya no tiene sentido ser detective pues ya lo encontre... pero si luchar contra esas mafias, y poner un alto a su destrucción... otra de las tantas irónias de la vida. Finalizo diciendo.

Okazaki escribió:

Haon Kruze

Haon escuchó atentamente a los dos mientras iban llegando a la base.

-Sí... todos tienen un por qué. Quizás ese sea el problema...

Esta vez, entraron como correspondía y todo fue bastante más normal. Los recibió un soldado que los guió por los lugares correctos para que no se perdieran. Los trabajadores (la mayoría no-oficiales) los iban saludando como correspondía mientras llegaban hasta que llegaron a la línea de producción de aquellas enormes máquinas. Esta vez había luz, se veían a la perfección. Haon echó una mirada atenta a la unidad que tenía enfrente, parado en el puente de acceso a la cabina.

-La cabina está en la cintura... donde el piloto tiene la mejor estabilidad. Si no veo mal, ese único "ojo" que tiene allí en la cabeza, es una cámara. Y por el tamaño, diría que puede ver a una distancia increíble. Los miembros se ven sólidos... esas puertas pequeñas en los hombros, quizás sean metrallas. Deben tener un calibre de unos 70mm. Tiene misiles M68 en las piernas... para destruir o para interceptar otros misiles. La verdad, es imposible que algo así se estuviera fabricando clandestinamente. Y cuando digo imposible, lo digo en serio. Nos mienten en la cara...

Haon caminó, hacia aquí y hacia allí, buscando detalles en la unidad. Finalmente volvió con Clarissa y con Alex.

-¿Cómo creen que sean las personas que se suban a esta cosa? ¿Creen que querrán la paz? -les preguntó, mientras miraba aquella unidad.

Alex Slade

Mientras Haon describia la enorme máquina, Alex miraba en detalle cada una de las partes que mencionaba.

Haon escribió:La verdad, es imposible que algo así se estuviera fabricando clandestinamente. Y cuando digo imposible, lo digo en serio. Nos mienten en la cara...

Cuando comento eso último Alex acoto.

-- No lo quise decir alla con el General pero es algo que venía pensando, creo que es hasta un poco obvio que no puede ser que no supieran de su existencia, nos toman por estúpidos.

-- Que lo supieran o no, que caso tiene, contra esas criaturas que estan apareciendo van a venir bien.

-- Se deben tardar meses en construir una cosa como esta, lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿Acaso sabía que iban a aparecer esas criaturas y por eso las vienen creando, o solo era un arma de guerra más que iban a utilzar contra algún otro país?

Clarissa se quedo en silencio no supo que decir.

Haon escribió:¿Cómo creen que sean las personas que se suban a esta cosa? ¿Creen que querrán la paz?

A la siguiente pregunta de Haon, Alex respondio.

-- Cualquier persona que quiera usar un arma de guerra como esta, dudo mucho que le importe la paz, pero hoy por hoy, es lo único que tienen como para enfrentar lo desconocido.

-- Sigo sin entender que hacemos aqui... esas criaturas siguen avanzando, deberíamos estar combatiendolas.

Okazaki escribió:

Haon Kruze

Todavía mirando la unidad, Haon escuchó a ambos chicos y se sonrió.

-Es evidente que hay alguien que quiere guerra. La humanidad... está desquiciada si eso quieren en un momento como este. Está claro que esto no es un elemento para combatir a esas criaturas.

En el lugar, no había nadie. Los habían dejado solos. Apenas unos técnicos soldaban algo en la última unidad, algo alejada de donde estaban.

-Las personas de paz deben estar en el ejército, y las violentas deberían hornear pan. ¿Qué significa esta frase? Que si gente como nosotros dice "el ejército no es para mi", otros nos reemplazarán. Y ¿con qué intenciones?

El comandante suspiró y miró a la Alférez y al Mayor.

-No me voy a dejar usar y voy a controlar lo que haga el ejército mientras pueda. Voy a seguir órdenes mientas me parezcan razonables, y en cuanto esté en desacuerdo con algo voy a actuar según mis principios. Estoy seguro que Yamamoto tenía planeado echar a las fuerzas armadas de Estados Unidos y estas unidades son su seguro para detenerlos si quieren regresar. Posiblemente lo sabremos pronto. Pero mientras tanto no podremos hacer nada si no sabemos usarlas... vamos a usar su mentira contra ellos. Le diré al General que, así como están, estas unidades no sirven para la detección y control de las criaturas extrañas que están apareciendo. Eso les mantendrá ocupados mientras nosotros vamos sumando horas en un simulador, y aprendemos a mover estas unidades -les dijo.

Luego de decir aquello, miró específicamente a Clarissa.

-Alférez, mantengamos amplio nuestro campo de visión, o nos encontraremos siendo sólo un títere de un General. Y esas historias no acaban bien. Si usted es un militar de raza, comprenderá que la obediencia ciega es peligrosa. Para combatir, hay que saber qué es lo que se debe combatir, y preparar los elementos que nos permitirán ganar. De otra forma, no tiene sentido combatir. Yo no quiero ser un mártir que salga hoy con un rifle a seguir criaturas que no conozco. Y parece que hacer inteligencia como si siguiéramos a cualquier organización mafiosa es demasiado arriesgado.

Volviendo a mirar a la unidad, señaló los costados, donde salían unos alerones.

-Eso no tiene potencia, es más un tanque que un avión. Lo que necesitamos es algo que nos permita hacer reconocimiento aéreo y localizar de dónde salen esas criaturas, debe haber un lugar de donde provengan. Sólo haciendo eso podríamos hacer una diferencia y establecer un procedimiento de emboscada y exterminio. Pero lo verdaderamente importante aquí es lo que ustedes contesten ahora... ¿van a hacerlo, o van a dejar que alguien más lo haga? -preguntó el comandante.

Alex Slade

Escuchaba las palabras de Haon, la que rompio el silencio de los dos esta vez fue Clarissa.

Haon escribió:Alférez, mantengamos amplio nuestro campo de visión...

-- Lo sé, a veces la decisión de uno mismo es mas importante que una orden de tu oficial a cargo, en esta profesión nos enfrentamos a diario con cosas así... pero a veces hay que tener cuidado con lo que se dice, ¿Quién me aseguraba que usted mismo no fuera un títere del ejército... recíen ahora termino de entender que no lo es.

Haon finalizo preguntando si ibamos a ser los pilotos de esas cosas.

-- Cuente conmigo Comandante! Le dijo de forma segura y determinante.

-- Hasta ayer estaba buscando a mi hermano, ahora tengo que salir allí afuera para proteger al país, quien sabe al mundo, de esos demonios... la vida es muy cambiante... Enseñeme a usar esa cosa, es hora de darles una buena patada a esas criaturas...

No sólo era un vástago, ahora iba a tener que pilotear una máquina de guerra nunca vista en el mundo todavía.

Slade escribió:

Haon Kruze

-Muy bien... volvamos al Nivel 2 de la base, con Loreana.

Pasaba el mediodía. Dejaron la fábrica, volviendo a la base en Tokio. Subieron al Nivel 2. Ese lugar, el Nivel 2, no lo conocían hasta el momento. A la derecha era un cómodo piso de oficinas, y en el ala izquierda había un gimnasio y varios simuladores de vuelo parecidos a videojuegos.

-Estos son los simuladores. A partir de ahora, ustedes dos son más que compañeros. Son un solo ser, tienen que saber hasta lo que el otro está pensando.

Aunque lo que estaba diciendo era bastante duro, Haon sonrió un poco.

-Si no son un equipo, sus puntajes no podrán ser lo suficientemente altos para destacar y no les asignarán las nuevas unidades. Mientras ustedes aprenden a pilotar, yo pediré que hagan los cambios necesarios. Y cuando estén listos haremos las primeras maniobras de verdad.

Haon negó con la cabeza, y se ajustó la gorra.

-Alférez, Mayor, esta base tiene lo necesario. Les recomiendo que comiencen a entender que por el próximo mes el uno no podrá vivir sin el otro, y deberán matarse en el simulador y en el gimnasio, porque si no hacen una rutina de ejercicios completa nunca soportarán varias veces su peso en vuelo real.

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Acciones:

-Postear los esfuerzos de ambos por mejorar y por conocerse.
-1 post debe ser exclusivamente de Alex, y otro exclusivamente de Clarissa.
-Se deben presentar nuevos datos del PNJ.
-Los post deben abarcar la extensión de todo el día hasta las 24:00.

Alex Slade

Una vez que Haon termino de explicar todo, Alex observo a Clarissa.

-- Pues aquí estamos... ¿lista para un día sacrificado?

-- Concentrate en hacer bien las cosas, tenemos mucha responsabilidad en nuestras manos.

Ambos hablaron al mismo tiempo diciendo.

-- Voy al simulador. -- Voy al gimnasio.

Realmente iba a ser un día complicado, eran tan distintos.

Alex se subio al simulador, y empezo a interactuar con esa máquina, no era malo siempre le habian gustado los videojuegos, quizás la parte más dificil iba a ser la gimnasia.  Pero ese videojuego era bastante mas real que cualquier otro, y no avanzaba mucho, siempre terminaba explotando por los aires.

-- Vaya... ¿Qué estaran haciendo en la Mansión? Con este tema de Pandemonium de seguro deben estar por ir a alguna misión... y yo aca perdiendo tiempo con estos robots, para que habre aceptado.

Volvía a explotar una vez mas.

-- Maldita sea! Aunque quizás es lo mejor, en nuestra última misión mi comportamiento no fue el mas adecuado, y si tuvieramos que enfrentarnos a mi hermano otra vez, no sé como reaccionaría.

Pasaron dos horas y no lograba avanzar.

-- Esto no esta funcionando, mejor hago una pausa y voy a tomar algo.

De esa manera se didrigio a la cafetería de ese nivel, allí se encontraba Clarissa.  Se sento con ella y pidio su habitual café con leche con algunas medialunas.

-- ¿Cómo te fue con el simulador?

-- Es mas dificil de lo que esperaba, no logre avanzar mucho.

-- Es un simulador militar, ¿qué esperabas? No es un videojuego casero.

-- Si me di cuenta, a ver si tu lo haces mejor.

-- Seguramente.

Mientras discutian sobre quien era mejor les servían el café con leche a Alex, y un café negro a Clarissa.

-- Asi que tienes una hermana.

-- Si, somos como el agua y el aceite, muy diferentes.

-- Eso note aquel día que fuimos a tu casa. ¿Tienes mas familia o solo ella?

-- Mi padre murio en acción, al igual que mi abuelo, es lo malo de esta profesión, estas cerca de la muerte mas que cualquier otro.  Mi madre se consiguio un novio y se la pasa viajando

Era bastante fría al hablar, nisiquiera dejo escapar una lágrima.

-- ¿Y usted Mayor? ¿Qué relación tiene con la gente de aquella mansión?

Se quedo pensando unos segundos... a ver que podía inventar.

-- Pues son amigos, compañeros, la Mansión Deneb funciona como una Institución, donde la gente que se siente sola puede encontrar compañía.

-- Eso suena extraño... desde que te conozco sé que me escondes cosas, pero esta bien, cada uno tiene que tener sus secretos.

-- Pues... en fin... lo de mi familia y mi hermano ya lo sabes.

-- Si, una desgracia, lamento mucho todo eso.  Cambiando de tema ¿Tienes pareja?

Se sorprendio un poco con la pregunta.

-- Pues no, ¿y usted Alferez?

-- Soy una mujer de acción, policia y ahora militar, es dificil vivir una vida familar en este ambiente, estuve casada una vez...

Ahora si en la cara de Clarissa se notaba cierta tristeza.

-- ¿Tan joven?

-- Si, era una niña tonta, lo conocí a los quince años, a los dieciseis quede embarazada, por lo que a los diociocho nos casamos.  Pero justo empezaba las fuerzas policiales, y no tenía mucho tiempo para estar con mi familia...

-- Así que tienes un hijo, pero nunca te escucho hablar de ello.

Empezo a mirar para varios lados como nerviosa.

-- Es que... le di prioridad al trabajo, no a ellos... y me termino abandonando, llevandose a mi hijo con él, obviamente nos divorciamos, lo último que supe es que se había casado nuevamente... aunque no lo culpo, yo siempre sentí que mi hijo estaría mejor en sus manos que en las mias, simplemente no tengo tiempo.

Una lagrima cayo por el rostro de Clarissa, pero no le dio tiempo a Alex a nada, se levanto bruscamente, nisiquiera había terminado su café.

-- Basta de charla, me voy al simulador, te toca la gimnasia.

Y se retiro del lugar.

-- Vaya... jamás abandonaría a mi familia por el trabajo, tiene una gran mochila en su espalda.

De esa manera se retiro al gimnasio, hizo varios ejercicios, algunos con máquinas, no muy entusiasmado, prefería el simulador, estuvo una hora sin descanso, y luego se fue a bañar, estaba hecho un asco.

Clarissa Dumpel

Se retiro de la cafeteria, no quería que su compañero la viera llorar, llego al simulador y se subio.

-- El Comandante dijo que teníamos que ser dos en uno... vaya... entre que Alex me miente sobre esa gente de la mansión, y yo que le miento sobre mi hijo y mi esposo golpeador... esto no va a ningún lado.

Nisiquiera había podido arrancar que ya había volado en mil pedazos.

-- Me quedo con la gimnasia, esto es sumamente complicado.

Hizo varios intentos sin lograr nada, incluso menos de lo que había logrado Alex, golpeo la máquina con ira.

-- Estúpida máquina, tan dificil puede ser... tranquila, esto no es una competencia, estamos hablando de poner nuestras vidas en riesgo, tengo que concentrarme mas.

Una hora y media despues, se levanto del asiento muy frustrada, no había logrado gran cosa.

-- Tengo que hablar con Alex... esto asi no funciona.

Fue al gimnasio pero su compañero ya no estaba.

-- Veo que tampoco él duro mucho.

Fue a una sala de estar que había en ese nivel, para distraerse, encendio un centro de música y se sento en uno de los sillones para calmarse un poco y ordenar sus ideas, en eso aparecio Alex en el lugar, recíen salido de bañarse, estaba claro porque estaba sin remera, secandose el cabello con una toalla.

-- Durastes menos en el simulador que yo en el gimnasio creo... le dijo entre risas y se sento a su lado en el sillon dejando la toalla en una mesita.

-- Es hora de sacarnos las caretas Alex... no podemos ser dos en uno si nos mentimos en la cara todo el tiempo.

Su compañero asintio con la cabeza.

-- Tienes razón, pues... por donde empiezo... ¿Crees en las cosas sobrenaturales?

Lo miro algo extrañada.

-- La verdad soy bastante esceptica, aunque con la aparición de esas criaturas, ya no sé que creer.

-- Si te lo explico con palabras va a ser mas dificil todavía, recuerdas la espada que use en la fabrica militar.

-- Si, la que se te cayo torpemente.

-- En realidad nunca se me cayo, solo aparece y desaparece.

-- Asi que mi compañero es un mago... wow!

Se levanto del sillon, se concentro y la FASTION aparecio en sus manos, Clarissa se quedo mirando con la boca abierta, al mismo tiempo la hizo desaparecer.

-- ¿Qué truco es ese? Eres mejor mago que militar me parece.

Alex movio la cabeza para ambos lados.

-- Escucha, nisiquiera soy humano, soy algo llamado vástago.

-- Emm... ¿y eso sería?... esto se pone cada vez mas interesante.

-- ¿Prometes que no te vas a asustar ni a salir corriendo como una loca?

-- No es mi estilo Alex, lo sabes bien.

Se volvio a concentrar y se transformo en águila, Clarissa se levanto del sillon de un salto.

-- Imposible.

Volo por la habitación un rato y volvio a su forma humana nuevamente, se sento en el sillón.

-- Ven... no te voy a picotear los ojos, sientate.

Clarissa se sento a su lado con cautela, y quizás algo de temor.

-- ¿Qué eres?

-- Ya te lo dije un vástago, y tengo algunas habilidades, pero no quisiera destruir el piso de la habitación... esta demás decir que esto no tiene que salir de aca.

-- Igual, ¿quien iba a creerme si les digo que mi compañero se transforma en pájaro?

Por suerte no había salido corriendo del lugar, despues de todo su caracter, su formacion, no se lo permitieron.

-- Me imagino entonces que esa mansión en realidad debe ser para la reunion de los de tu especie.

-- Exactamente, pero tranquila, nuestro objetivo es pelear contra los malos, y esas criaturas vienen de una dimensión demoníaca por asi decirlo.

-- Sospechaba que esos enemigos tenían alguna relación con todo esto. ¿Así que son demonios?

-- Pues algo así, son razas que viven en esa dimensión, hay otros vástagos como nosotros, que tienen otros objetivos, y por eso estan apareciendo partes multicolores por todo el país, quizás por todo el mundo.

-- Esto es... demasiado... ¿estamos hablando de una posible extinción de la humanidad?

-- Si esos vástagos caídos logran sus objetivos, si... pero es nuestra función evitarlo.

-- Alex, tenemos que lograr pilotear esas cosas, ahora mas que nunca, hay mucho en juego... ¿Y lo de tu familia?

-- Tranquila en lo único que te mentí fue en lo de la mansión, lo de mi familia es verdad, aunque con una salvedad, mi hermanito no esta en una familia mafiosa, sino que es uno de esos vástagos caidos.

-- Lamento escucharlo, pero es solo un niño, ¿Por qué se queda con ellos?

-- El tema es que antes eramos humanos, cuando nos convertimos en vástagos existe la posibilidad de perder nuestros recuerdos humanos, yo no los perdi pero mi hermano si.

-- Entiendo, bueno supongo que es mi turno de decir la verdad.

Respiro hondo y empezo a explicar.

-- En realidad, toda la primera parte de lo que te dije antes es cierto, hasta el punto en que nos casamos, pero no es que yo entre a las fuerzas y abandone a mi familia... desde los 15 años que ese hombre, me maltrataba, incluso llego hasta golpearme, cuando quede embaraza, me pidio que abortara, pero no lo hice... pero cuando nació mi hijo todo empeoro, me amenazaba con sacarmelo, y así fue que nos casamos, me obligo... hasta que un día me dio una terrible golpiza con la cual termine en el hospital, y se escapo, con mi hijo de dos años... cuando me recupere, intente sacarle a mi hijo, pero tenía contactos importantes y me gano el juicio... ese mismo año decidi entrar a las fuerzas policiales, y me prometi a mi misma nunca mas volver a estar con un hombre, me dedique a mi carrera...

Nunca se había demostrado tan frágil frente a un hombre, incluso frente a su antiguio compañero, al que apreciaba mucho a pesar de ser hombre, Alex se aproximo y extendio sus brazos, primero lo miro con desconfianza, pero estaba claro que el muchacho le estaba ofreciendo el hombro para llorar, no pudo mantener mas ese caparazón y exploto su llanto, en el hombro de su compañero.

Al rato, ya mas calmado se separaron nuevamente, le habia hecho bien sacar todo lo que tenía adentro.

-- Desde entonces no itente recuperar a mi hijo nuevamente, pero en mis ratos libres siempre estoy espiandolos, por suerte con el niño no es violento, pero si me acerco yo si... asi que siempre desde las sombras.

-- ¿Pero no vas a luchar por recuperarlo?

-- Ahora que subi algunos escalones, y quizás tenga un poco mas de influencia, voy a luchar por mi hijo nuevamente... antes no tenía sentido.

-- Entiendo, pues cuenta conmigo, te ayudare en lo que pueda, tenemos casi la misma lucha, yo por recuperar a mi hermano y vos por recuperar a tu hijo.

-- Se esta haciendo tarde, debemos dominar ese maldito simulador, pero juntos compañero.

De esa manera, ambos se levantaron y fueron al simulador... notaron que las máquinas estaban en red, sincronizadas, o sea que ambos podían ayudarse mutuamente en el simulador, cuando alguno estaba complicado el otro le extendia una mano, de esa manera lograron avanzar mucho mas que las primeras veces, ahora las cosas marchaban bien.  Despues de unas horas volvieron al gimnasio juntos.

Clarissa que tenía mas facilidad para los ejercicios ayudo a Alex, y le dio algunos topics para que no se cansará tanto, o lo sintiera tan pesado el ejercicio.

-- Supongo que a esto se refería el Comandante en que seamos dos en uno.

-- Si... esta claro que juntos logramos mucho mas cosas que por separado.

En uno de los ejercicios, Alex estaba acostado, y Clarissa casi encima de él, perdio el equilibrio y cayo sobre Alex.

Se quedaron mirandose unos segundos, sus rostros empezaron a acercarse, y sin darse cuenta se estaban besando.  Aunque duro poco, Clarissa se levanto rápidamente.

-- Emm... este... supongo que el esfuerzo nos esta haciendo mal, mejor vayamos a comer algo... y salio disparada del lugar.

Alex se levanto un poco riendose.

-- ¿Quién lo hubiera pensado? Cuando le mostre y explique sobre lo de ser un vástago lo tomo mucho mas entera... pero el beso la hizo correr asustada.

Ambos se bañaron, y se juntaron al rato a cenar en la cafetería del lugar nuevamente.

Slade escribió:

Haon Kruze

El día había terminado, al fin. Habían pasado tantas cosas en tan sólo 48 horas que Alex se merecía un buen descanso, pero al llegar al fin de la jornada recibió un mensaje de Haon, en su móvil. Le pedía que se encontrara con él en la puerta del edificio. Así lo hizo Alex, sin tener demasiada idea de lo que quería el albino. Haon estaba vestido de civil, como Alex, y estaba subido a su motocicleta negra. Cuando vio a Alex salir, dio una patada encendiéndola y le pidió que subiera.

-Vamos a tomar algo Alex -le dijo.

En cuanto Alex estuvo bien sujeto a la barra tras su asiento, Haon aceleró y se alejaron del lugar a toda velocidad. Terminaron en un bar cualquiera, pidiendo algo para tomar y algunos snaks. Haon pidió una cerveza y comenzó dando el primer trago. La camarera era bonita, él le guiñó el ojo y la chica sonrió. Luego de la distracción, el militar habló sobre el asunto que importaba.

-Los chicos están en una misión en Pandemonium -le dijo- estuviste todo el día entrenando, supongo que no lo sabías, pero quizás lo pudiste suponer.

Los ojos de distinto color de Haon se posaron en Alex como si quisiera ver dentro de él. Pero eso era algo que Haon no podía hacer.

-Es un golpe importante, perder el rumbo. No es algo que se supere fácilmente, eso me dijo Noah. Él es probablemente el más humano de los antiguos Arrows, con excepción quizás de Amanda. En cualquier caso, estoy seguro que te vendrá bien estar un mes algo alejado de lo que pasó con tu hermano... queremos que encuentres respuestas y tu propio propósito, y creo que éste es el ambiente adecuado. El ejército no es Arrows pero es mejor que repartir periódicos, y puede ayudarte a recuperar disciplina y concentración...

Haon dió un trago largo y negó con la cabeza.

-Igualmente lo que te estoy diciendo es una estupidez ¿a quién le importa? Yo lo que quiero saber es si lo encontraste...

La camarera les dejó otra cerveza, por lo que interrumpió un poco. Haon continuó una vez se hubo ido la chica.

-Ya sabes... "eso". Esa llama que te hace no dejarte morir y apretar los puños, gritar que aún no te derrotan... todos necesitamos encontrarlo -dijo- vástagos o humanos, en eso nos parecemos...

Alex Slade

La jornada estaba terminando, la comida con Clarissa había sido bastante silenciosa e incómoda, después de todas las verdades que se habían dicho y de aquel beso... ninguno de los dos sabia ya que decir.

-- ¿Te llevo a la mansión?

-- Te agradezco Clarissa, pero me espera un amigo abajo, me mando un mensaje de texto recíen, no sé que querrá, ve y descansa, nos esperan días dificiles.

La chica se levanto, se puso su campera, y se estaba llendo del lugar, aunque cuando llego a la puerta, se dio vuelta para decirle algo a su compañero.

-- Lo sé... pero hacemos buen equipo, cuidate Alex.

Así se marcho del lugar, Alex bajo al rato para encontrarse con Haon, quien lo invitaba a tomar algo, acepto de buena gana, habían sido días muy agitados.

Una vez en el bar, escucho lo que el albino le comentaba, mientras se pedía un trago.

Haon escribió:Los chicos están en una misión en Pandemonium...

-- Si... desde el momento que supe que esas criaturas habían aparecido, me imagine que los chicos irían a luchar.

Haon continuaba hablando.

Haon escribió:...estoy seguro que te vendrá bien estar un mes algo alejado de lo que pasó con tu hermano...

-- Eso también lo pense, fue muy fuerte, y si... desde aquel día algo cambio en mí... quizás sea mejor así... pero si alguno de los chicos le pasa algo en esa misión... y yo no estoy para ayudarlos, no me lo voy a poder perdonar.

Dio un sorbo al trago que le habían servido, estaba bueno, las siguientes palabras de Haon recorrieron el cuerpo de Alex como cuando se tiene escalofríos.

Haon escribió:...Esa llama que te hace no dejarte morir y apretar los puños, gritar que aún no te derrotan...

-- Esa llama la mantenía encendida mi hermano, pero al encontrarlo, la apago.  Volvio a dar un trago de su vaso.

-- Pero sabes una cosa, no se apago del todo... no pierdo la esperanza de tener a mi hermano de nuevo conmigo... pero hay más...

Bebio su trago hasta acabarlo.

-- Clarissa... no sólo tuvimos un buen entrenamiento, sino que avivo un poco la llama esa que estaba casi apagada, nos besamos, aunque fue algo espontaneo y nada más... pero estoy empezando a tener cierto interés por ella... tuve que contarle la verdad sobre mi forma de vástago... y ella me conto cosas muy intimas también... antes tenía un objetivo... encontrar a mi hermano... ahora tengo varios.

Pidio otro trago a la mesera que pasaba por allí y continúo.

-- Salvar a mi hermano, ayudar a mis compañeros vástagos... ellos casi dan la vida por mi aquel día, incluso Eitan... ayudar a Clarissa a lograr algo importante... y mas alla... formar una familia, ¿por qué no?

Guardo unos segundos y finalizó diciendo.

-- No puedo dejar que chicas como Clarissa muera a manos de esos enemigos, o incluso niños tan especiales como Kevin... empiezo a creer que mi hermano al final me termino dando otra perspectiva sobre la vida con aquella acción, sin quererlo al final de cuentas me dio mas por lo que vivir.

Se quedo mirando a Haon un momento.

-- ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué luchas exactamente? ¿Qué llama hace que luches esta guerra?

Slade escribió:

Haon Kruze

Haon escuchó a Alex y sonrió un poco cuando éste le contó lo que había pasado con Clarissa. Suspiró luego y sonrió un poco más.

-Los humanos suelen confundirse al trabajar juntos. Pero a veces esa "confusión" pues... dura años, se casan, tienen familia -bromeó- eso me cuenta Noah -rió.

Se comió unas papas fritas y le pidió a la camarera más cerveza. No era común que Haon comiera comida normal, pero ese día podía hacerlo sin problemas.

-Soy hábil, desde hace mucho soy vástago y si no hago esto ¿qué hago? No tengo recuerdos, no puedo recuperarlos porque nunca los creé. No puedo anhelar volver a una vida anterior, ni encontrarme con alguna familia. Sé bien que yo soy mi propia llama.

La camarera le trajo más cerveza y se llevó las vacías. Haon volvió a llenarse el vaso.

-Bueno bueno, quizás quiero que los demás puedan seguir con sus aspiraciones, que le vaya bien a Noah y eso... pero en realidad sé muy bien que soy mi propio combustible. Tengo también algo de curiosidad por saber cómo es el Reino de los Cielos. Lo veo de esta forma: Deneb quiere mantener a los vástagos afuera del Reino de los Cielos, pero si lo que quisiera fuera lo contrario, también lo apoyaría. No me importaría pasar unas temporadas echando un vistazo a los Dioses, quizás pueda golpear a uno o dos. La verdad, excepto por lo de ir matando gente, entiendo a los Apóstoles... -le dijo, y brindó con él.

Luego, negó con la cabeza, porque pensó que debía agregar algo que quizás Alex quería saber.

-Y no, nunca hice lo que tu con Clarissa, nunca sentí algo especial por alguien. Encuentro a las mujeres muy satisfactorias pero... para mi es casi como fumar, tomar, conducir rápido o volar. Es un placer, solamente -aclaró.

Alex Slade

Los días pasaban rapido, con tanto entrenamiento casi no me daba cuenta, pero estabamos progresando mucho, aunque también se volvia algo rutinario, gimnasia y simulador... simulador y gimnasia.  En algunos ratos libres aprovechaba para entrenar mis habilidades y mi lucha con la espada, a veces Clarissa se quedaba como observadora y veía mi entrenamiento de vástago, al principio eran caras de asombro, pero era una chica de carácter, asi que poco a poco se fue acostumbrando, y de hecho en estos últimos días hasta ha participado de mis entrenamientos para ayudarme.

Entre tanto esfuerzo siempre había momentos para descansar y pasar un buen rato, esa noche fue uno de ellos.

-- Esto esta delcioso Clarissa.  Su compañera había preparado unas pastas caseras, con Alex como su asistente.

-- No se me da muy bien cocinar, pero me las arreglo... además con el asistente que tenía las cosas salieron mejor aún.

La relacion con su compañera cada vez era mejor, ya no era el hombre al que maltraba, sino su compañero, su amigo, y quizás un poco más.  Ambos habían entendido que tenían que pensar como uno solo, era la única manera de salir victoriosos en ese entrenamiento.

Pero también recordaba a mis compañeros vástagos, me preguntaba si estarían bien, si necesitarian mi ayuda: Dereck el caballero; Omeny la estrella de fútbol; Mae mi cita, la había pasado muy bien aquella vez con ella, fue la última vez que la vi; Eitan, el niño eterno con sus juegos; Gabrielle la doncella que seguía esperando a su principe azul y Kevin el niño mas dulce que había conocido, aunque recordaba que los últimos días que estuve con ellos, ese niño tan especial estaba cambiando... quisiera estar ahí para brindarle un abrazo como el siempre busca, y decirle algo simple: "No cambies nunca".

-- Vaya Alex, ya no sos el flacucho que conocí, mira esos múculos, parece que la gimnasia esta dando sus frutos.  Me decía en tono de broma, había salido de la ducha y me estaba terminando de secar todavía en cueros.

-- Ya callate Clarissa.  Le lance la toalla en la cabeza.

-- Pero que atrevido, como vas a tratar a una dama como yo así.

Las risas retumbaron en el enorme lugar.  No sólo habíamos progresado con nuestro entrenamiento sino también habíamos crecido como personas, mi compañera se la veía mas alegre, con mas sentido del humor, estaba mas dada, debido a que la confianza entre nostros creía día a dia, nos entendiamos muy bien.

Había cambiado mucho mi perspectiva sobre las cosas, tenía mucho por lo que luchar, Clarissa, los chicos, había mucho en juego.

-- Hemos progresado mucho compañero, estoy orgullosa de ti, y me alegro que en su momento hayas decido seguirme a esta base militar.

-- Con la maestra que tengo, es normal que hayamos progresado tanto... y yo no me arrepiendo de haber tomado esa decisión y seguir tu camino.

Ya quedaban pocos días de nuestro duro entrenamiento, esa noche Clarissa decidió abrir un buen vino para brindar, habiamos logrado llegar al final del simulador sin explotar por los aires como nos solía suceder, también pedimos comida china para celebrar.  Fue una cena fantástica, estabamos los dos algo pasados de copas después de beber tanto vino, y terminamos en la cama, una noche increíble, hacía mucho tiempo que no estaba con una mujer de esa forma... aunque seguro al otro día habría arrepentimiento.

Esa mañana despertamos abrazados y desnudos, Clarissa se separo rápidamente y tomo algo para taparse.

-- Pero que... acaso te aprovechastes de una mujer ebria! Alex maldito degenerado!!  Pero no lo decía en tono de enojo, sino en tono de broma.

-- No sé quien se aprovecho de quien, no te olvides que yo tomo dos copas y ya ni sé como me llamo.

-- Como sea, que esto no salga de aca.

-- Acaso me crees un viejo chismoso.  Pero al rato le mandaba un mensaje por celular a Haon diciendo: "Pase una noche apasionada".  El albino iba a entender enseguida a lo que me refería.

Ese día casi no hablamos, ni nos cruzamos, como era habitual cuando teníamos algo mas bien "íntimo" por así decirlo, nos comportabamos como adolescentes de 15 años.  Lo que hizo que tuviera tiempo para reflexionar sobre algunas cosas.

Recordaba aquella charla que había tenido con Haon cuando compartimos aquellos tragos, como es posible que para el albino el amor sea algo rutinario como manejar, fumar... algo tan bello como eso.  Me alegraba de ser un vástago con emociones, y que todavía pudiera disfrutar de esas cosas, debe ser muy triste vivir la vida de Haon.  Pero a pesar de su falta de emociones quería que los demas avanzaran, cumplieras sus objetivos, Haon luchaba en una guerra no porque quería defender a alguien a quien amaba, sino por el simple hecho de que no tenía nada mejor que hacer.

Me di cuenta de que habia sido un estupido al dejarme morir en manos de mi hermano, puedo vivir cosas intensas, especiales, cosas que me llenan de vida, deberia estar agradecido.  De alguna forma Haon me había hecho darme cuenta de eso.

La semana de duro entrenamiento estaba llegando a su fin, afuera nos esperaban grandes retos y desafíos, muchos enemigos... me daba un poco de miedo pensar el hecho de perder a los que quería, a Clarissa, a los chicos... pero no iba a permitir que les hicieran daño.  La proxima vez que enfrente a mi hermano en batalla, lo voy a tomar como lo que es, un enemigo... quizás mi hermano murio junto a mi familia aquella tarde trágica en la que mi vida cambio para siempre... y tengo que ayudar a Clarissa a encontrar a su hijo, se lo merece, se lo debo.

A la base militar había entrado un vástago algo perdido en sus emociones, sin un proyecto, sin nada por lo que luchar... pero despues de esa semana de entrenamiento volvía al exterior una persona diferente, ahora había gente que me importaba mucho, gente que tenía que defender, un nuevo Alex resurgía.

Su aura empezo a brillar como nunca antes, intensa, llena de vida.

Slade escribió:

Haon Kruze

Luego de aquella semana intensa, Haon se hizo presente, uniforme y todo, en el segundo piso de las instalaciones militares. Pero antes de que apareciera, a Alex le llegó un sms por parte de Haon. El mensaje decía "Hombre, se notaba que esa chica era fuego. Bien hecho ¿Te importaría si... oh es broma jaja".

Clarissa y Alex habían sido llamados por la capitán Drínger para que recibieran al albino como correspondía. Al entrar Haon, los tres saludaron su rango y él les devolvió el saludo.

-Buenos días. ¿Ya son el uno para el otro? -bromeó- eso espero, o su rendimiento podría bajar.

Luego observó a la capitan Drínger.

-El puntaje de sus subordinados -sacó del bolsillo interno de su uniforme, un papel doblado varias veces. Drínger lo leyó:


-Lo que quiere decir, que pueden venir conmigo a ver sus nuevas unidades, y probarlas.

Alex Slade

La semana había terminado, por ende también el entrenamiento, recibió un mensaje de Haon el cual le causo bastante gracia.  Tanto él como su compañera habián sido llamados por Loreana, no la hicieron esperar y fueron hacia allí, Haon también llegaba al lugar, después de los saludos correspondientes el albino lanzo un chiste del cual ni Loreana, ni Clarissa les hizo gracia, sólo Alex dejo escapar una pequeña sonrisa pero quiso disimular, esas mujeres podían llegar a ser su peor pesadilla a veces si no se comportaba.

Haon saco un papel doblado y se lo entrego a Loreana, eran los puntajes obtenidos en las pruebas del entrenamiento, habían superado al otro equipo, eso de seguro a Clarissa le iba a dar mucha satisfacción.  Lo próximo que dijo el albino fue ir a probar las unidades.  Mi compañera hizo un saludo mientras decía.

-- Señor! Si, señor!!

Pero a Alex no le iban todas esas cosas militares, y conociendo a Haon no le infundía mucho respeto como superior.

-- Estoy listo, cuando quiera.

Me límite a decir, la mirada penetrante de Clarissa no se hizo esperar, ya de seguro me va a regañar mas adelante por no hablar con el respeto que se merece mi superior... pero... es Haon...  cuando saliamos del despacho de Loreana me acerque a Haon y le pregunte en voz baja.

-- ¿Cómo estan los chicos? Necesito saber

Esperando que el albino me comunicará en algún momento el estado de mis hermanos vástagos, estaba bastante preocupado por ellos.

Slade escribió:

Haon Kruze

Haon había llevado su camioneta hasta el trabajo. Esta vez no usaron aquel auto oficial de color negro, fueron en el vehículo del comandante. Sin hacer caso de las leyes viales, Haon manejaba mientras escribía mensajes en su móvil, y no permitía que nadie le dijera nada sobre el asunto. Aún así su control del vehículo era perfecto y parecía saber todo lo que sucedía a su alrededor en el tránsito.

"Ellos están trabajando para ser útiles a la situación, exactamente como tú".

Los mensajes, eran para el móvil de Alex.

"No te distraigas, hablamos de eso luego".

Fueron a un aeropuerto militar. A Alex le recordó la vez que fueron al aeropuerto antes de la misión de la disco Lexington Gas Panic. Pero ahora era de día, y las circunstancias eran muy distintas. Haon paró en un hangar que era el doble de alto de lo normal y tenía una fuerte custodia. Los guardias lo saludaron y los tres entraron para observar algo que Alex y Clarissa nunca habían visto.

-Así quedó la unidad después de mis recomendaciones... -dijo.





-Despegan en su forma de vuelo, y pueden cambiar a la forma robótica para un mejor manejo en una batalla de corto alcance...

Alex Slade

Mientras iban en la comioneta de Haon, el albino le escribia algunos mensajes a través del celular, en los cuales no le queria dar información sobre sus hermanos.  Clarissa miraba algo asombrada a su gran Comandante, ya que estaba violando una ley de tránsito mientras que Alex no se preocupaba, después de todo era un vástago con habilidades de seguro tenía todo bajo control... le contesto el mensaje por su celular.

-- "Ok.  Otra cosa, necesito que cuando puedas ubiques alguno de tus contactos, tengo que dar con el paradero del hijo de Clarissa, es lo menos que puedo hacer por ella."

Algunos pensamientos pasaban por su cabeza... ¿Por qué demonios no me quiere decir nada sobre los chicos? ¿Les habra pasado algo y no quiere contarme para que no me distraiga?  

Lo dejo pasar por ahora, pero en algún momento iba a encararlo y mas vale que le diera alguna información.  Al rato habían llegado al aeropuerto militar, el hangar era enorme, seguramente allí tendrían las unidades.

Cuando entraron tanto él como su compañera se quedaron asombrados, esa no era la unidad que habían visto en aquella fábrica militar, parecía un diseño nuevo, mejorado... y las palabras de Haon confirmaban lo que veían.  Increíble que en tan poco tiempo lo hayan logrado, pero si un arrow había metido sus narices en le asunto, no le asombraba tanto.

-- Se nota que tiene tu toque Haon.  Le dijo sonriendo, mientras su compañera otra vez le clavaba la mirada por su forma confianzuda de hablarle a su Comandante... aunque la chica no era tonta, ya empezaba a sospechar que esos dos se conocían mas de lo que parecía.

-- Cuando usted disponga Señor empezamos con las pruebas.  Le dijo mi compañera de forma firme y determinante.