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Eclipsando el sol y la luna
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Eclipsando el sol y la luna
EN LA LUNA HAY UN VIEJO SANTUARIO SHINTO EN RUINAS.
ALLI FUE DONDE TODO EMPEZO.
El jardín de los recuerdos
- Spoiler:
Era un gran día con un sol brillante, de hecho creía que el sol brillaba más que nunca. Salía de casa, tomando una red buscando diferentes especies de mariposas; pero las que lograba atrapar me parecían igual que a las otras; el día se iba rápido, caí rendido en el parque de diversiones, estuve un buen rato columpiándome, mirando el hermoso crepúsculo, pero entre mi descanso algo interrumpió, una extraña mariposa se paraba en mi picuda nariz, pero al poder atraparla, solo conseguí atraparme a mí mismo, mientras la rara mariposa escapaba. No lo pensé dos veces y fui por ella, admito que era muy veloz, además su elegancia de sus colores se notaban al volar; esta termino dejándome en un hermoso jardín con diversas especies de flores, supuse que era una casa de una familia de gran riqueza, pero me llamo mucho la atención una pequeña niña que se encontraba en el mismo jardín, tocando una hermosa melodía con su violín, esta parecía no darse cuenta de mi presencia lo cual no quise interrumpirla y me dedique a escucharla. Mientras escuchaba la melodía la miraba de pies a cabeza, tenía una hermosa cabellera azulada, su piel blanca y tenia movimientos delicados y gráciles. Pero al dar un paso atrás por error había pisado una hoja de los arboles del jardín, esto hacia que la pequeña dejara de tocar y mirarme con cierta curiosidad, ella se acercaba mas a mí, eso hacía que la mirara más de cerca, pero pronto mis mejillas se tornaban rojas, esa niña era demasiada hermosa.
-Quien eres? .-dice la pequeña peli azul.–Que haces aquí?
-Estaba jugando y me metí sin querer por aquí. –respondí llevando mi mano a mi mejilla y con mi dedo rascarme levemente. –Quien eres?
-Mizuki, pero llámeme mizu-chan. –
-Vaya, que monada de huésped que tenemos aquí.
Antes de responderle a mizuki-chan, una mujer muy parecía a ella se hacía presente, con una esplendida sonrisa en su rostro, supuse que era la madre de mizuki-chan.
Desde ese momento, conocí a Mizu-chan.
Cada día iba a la casa de Mizu-chan ya que en su jardín se encontraban muchas mariposas y flores extrañas y sobretodo muy lindas, además de que fui conociendo más y más a Mizuki.
-Esto es una escolzia. –dice mizuki, con una dulce voz, tomando en sus manos una flor naranja de cuatro pétalos. –y esta es un pensamiento.
-Mizuki-chan, con el buen día que hace, ¿Por qué no sales a jugar a fuera? .-pregunto su madre sonriéndole, quien parecía estar leyendo un libro. Pero pronto vi un poco triste a mizuki lo cual respondió…
-Estamos afuera madre.
-Fuera es mas allá del seto. Es un lugar vasto, lleno de cosas que desconoces.
-Me da miedo, no quiero ir.
Su madre acepto la decisión de su hija, para después seguir leyendo tranquilamente su libro. Mizuki-chan me llevaba adentro de su mansión, era grandioso, y muy hermoso, era la casa más grande que había visto! Pero al ver con admiración la casa no me había dado cuenta de donde había sacado una caja de madera, la cual sacaba de ahí un cuaderno que en medio de las hojas había una concha de mar rosada. Desde ese momento me di cuenta que Mizuki no le gustaba salir de casa, tampoco vi nunca que la visitaran otros niños.
-Oye, ¿quieres que traiga a mis amigos a tu fiesta de cumpleaños? Quiero que lo celebremos todos juntos… Seguro que es divertido.
Mizuki bajo la mirada un tanto triste, pero esta parecía pensar bien las cosas, ya que al último me mostro una gran sonrisa y muy animada. Pero aun así, sentía que algo no andaba bien en ella.
El día siguiente, por primera vez me dieron muchas ganas de ir a la escuela, me bañe, me lave los dientes, en fin, Salí de mi casa lo más rápido que pude para invitar a mis amigos a festejar el cumpleaños de mizuki.
¿Eh? ¿La fiesta de una niña que no conocemos? jajajaja .-mis amigos parecían no estar de acuerdo con lo que les había dicho, me sentí triste por no cumplirle a mizu-chan. Sin saber cómo decírselo, no tuve valor para entrar en su jardín.
Fue por la noche cuando me di cuenta que tenía que haber ido, sentía que tenía que disculparme por lo de su fiesta de cumpleaños. Fui corriendo hacia su casa, pero escuchaba los llantos de mizu-chan, la puerta estaba cerrada, por lo que decidí entrar por el jardín. Subí rápidamente las escaleras, buscándola cuarto por cuarto, hasta que por fin, al abrir la puerta, la habitación estaba con grandes llamas.
-Mizuki-chan!! .-ella se encontraba ahí, en el suelo llorando, no entendía muy bien el por qué o cual fue la causa que hiso estas llamas. Rápidamente fui a la cocina tomando un vaso grande llenándolo de agua, corrí hacia el cuarto lanzándole el agua a las llamas, el agua no era suficiente, las llamas crecían mas y mas, no me di por vencido y lo intente varias veces, llenado y lanzando el agua a las llamas.
-Lo he quemado… he quemado el informe de papá y mamá!. –decía mizuki sollozando, pero pronto entraba al cuarto un monje y otras personas más, este agarra una de las chaquetas que pertenecían al padre de Mizuki, tratando con ella apagar el fuego. Una vez extinguiendo el fuego, daba un suspiro de alivio, y nos dirigía la mirada.
-Esto no es… no tienes por qué llorar, lo que has quemada era para ti. –dice el señor dirigiéndose hacia mizuki.
Desde ese día, nunca volví a ver a Mizuki, fui a su casa unas cuantas veces más, pero nunca llegue a verla de nuevo. Conocer a Mizuki… Todo el tiempo que pase en su jardín, todo aprecia como un sueño y llego un día en el que olvide todo.
¿Estás despierto? –escucho una voz muy conocida, desperté y era mizuki quien se hacía presente sonriéndome como suele ser siempre.
-Igual, sigo soñando. –respondí de la misma forma, levantándome de la mesa en la cual había quedado dormido.
-Siempre he recordado al niño que se perdió y llego a mi jardín, me gustaba mucho, mucho ese niño., era mi único amigo… así que… seguí esperándole. –Mizuki empezaba a derramar lagrimas, lo cual al escucharla no me resistí en hacer lo mismo.
-Souta… –aun mizuki sollozando me sonreía.
-He venido por ti… -dije sonriéndole. –Están todos esperándote. –le extendí mi mano a la cual ella tomo y se acerco a mí. Mirando juntos el crepúsculo presente, en ese momento varias mariposas del jardín tomaban vuelo.
Capitulo II
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Capitulo III
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Capitulo IV
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Capitulo V
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Capitulo VI
- Spoiler:
Miranda- Ittōhei - Soldado de Primera
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