Rol en Directo: El Señor de los Anillos - Sistema FAE

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Hob

El hobbit se había quedado algo atrás al comenzar la batalla, sin dudas aún no estaba acostumbrado a lanzarse a las armas de un momento a otro.

Cuando porfin se asomó, todavía quedaban 6 orcos en pie, pero ya había dos hombres de Ithilien caídos. Hob alzó con toda la fuerza que poseía la espada que recién había encontrado, pues es la que llevaba en la mano.

-¡No voy a quedarme atrás! -gritó para luego salir corriendo a toda velocidad sosteniendo la espada con ambas manos con la intención de sorprender por detrás a alguno de los orcos que iban a por Éovan, Milo y Dalbor.

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Tiro 4dF con Enérgico +1

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'FATE' :
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Éovan

La mujer estaba bastante compenetrada en la pelea, como si no existiese nada más a su alrededor. Era notorio que los gritos del prisionero había hecho que, para la rubia, el tiempo fuera más apremiante que nunca. Sin embargo, dos de sus soldados habían ya caído.

Sus ojos observaron con furia a los nuevos enemigos, especialmente al que se le había escapado.

-¡Gondor! ¡Gondor! -comenzó a gritar, con la esperanza de darle un auxilio de ultimo momento a los que quedaban y al prisionero. La rubia alzó su espada en alto y buscó directamente intentar cortarle la cabeza al orco que más cerca tenía, aunque eran varios los que la rodeaban por lo que no dudó en mover su espada de forma tal que pudiera dañar a más de uno.

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Éovan quiere atacar para bajar lo más pronto posible, tiro 4dF con Enérgico +2.

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'FATE' :
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Aunque lo que intentó Éovan era dañar a más de un orco, lo cierto es que sólo alcanzó a uno de ellos. Sin embargo, la cabeza del que alcanzó se separó del cuerpo con violencia. En tanto, Hob trababa su espada con un orco que le vencía los brazos, por lo que el Hobbit tendría ahora que intentar esquivar la cimitarra orca que bajaba queriendo tajear su pecho.

El grupo volvía a tener ventaja numérica, pero ahora debían ponerse a la defensiva, ya que los orcos se armaban de valor y contraatacaban para intentar defender sus vidas.

A Éovan se le abalanzaba un orco que buscaba embestirla para arrojarla al suelo y rematarla luego, mientras que Milo se enfrentaba a la decisión de quedarse allí a ayudar, o salir corriendo hacia ese centelleo tan tentador.

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Deberán hacer una tirada defensiva cada uno, y sumarle el estilo que quieran utilizar, según la forma en la que deseen defenderse.

Pueden utilizar la ayuda de uno de los tres soldados que quedan para agregar un +1 a su tirada.

(Milo deberá hacer tirada defensiva únicamente si se quita el punto FATE del que hablé antes y se queda a luchar).

Todos escribió:

Su ataque había sido interceptado por otro orco por lo que no pudo sumar puntos a su cacería, pero diviso a lo lejos algo que brillaba, parecía ser algo de mucho valor, sea lo que sea tenía se ser suyo... dos hombres del grupo habián caido, y quedaban seis orcos que se lanzaban al ataque.  A Eóvan se la veía bastante inspirada ya había sumado algo de tres orcos a su puntuación.

Seguramente iban a poder contra los orcos que quedaban, por lo que decidió intentar esquivar a los orcos para avanzar hacia ese brilo tan tentador, aunque tenía que disimular frente a los demás.

-- No podemos seguir perdiendo tiempo, debemos ir tras el prisionero, cubranmen!! Dijo de forma determinante, y eso haría, trataría de llegar a la persona que gritaba, pero no sin antes hacer una parada para recoger aquel tesoro que lo llamaba.

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En cuanto Milo descartó la lucha y salió corriendo hacia las escaleras, un orco aprovechó para clavar un cuchillo en su pierna, haciéndole daño. Sin embargo, Milo tenía una buena resistencia física y, a pesar del enorme dolor, pudo continuar y pasar del orco, bajando por las escaleras lo más rápido posible.

La escena que vio, le hizo pensar un poco más en qué hacer. El centelleo, a primera vista, parecía salir de la mano de una persona. Aquel "prisionero" estaba clavando la espada en el estómago del último orco en pie, en ese piso de la torre. Pero el orco a su vez, aprovechaba y con sus últimas fuerzas apuñalaba en la espalda al hombre, atravesando su armadura de cuero.

¿De dónde salía el centelleo, al fin y al cabo? El tipo cayó junto al orco, pero logró sentarse respirando agitadamente. En la mano libre sostenía una especie de sol en miniatura: una bola que brillaba con la luz que Milo había visto desde el piso superior. Sin embargo, el sujeto, que a todas luces parecía un soldado de Gondor, al verle a Milo bajar por allí, tapó aquella cosa con una capa de viaje que llevaba colgando en un costado. Entonces la luz se perdió y el artefacto se perdió entre sus ropas.

-¿Q-quién eres tú? -dijo con desconfianza- no eres de mi compañía -afirmó.

Parecía que no le darían de buena gana aquel "sol" que parecía tan valioso. Y en cuanto bajaran los demás, posiblemente el sujeto se lo daría a Éovan. Milo debía de decidir qué hacer...

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El daño lo calcularé yo mientras juguemos en foro, porque explicarlo por acá es difícil. Sólo diré cuando comiencen a dar penalizadores.

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Hob

El Hobbit se precipitó un poco hacia atrás al ver que su fuerza no había sido lo suficiente siquiera como para dañar al orco y ahora veía como el arma enemiga se acercaba peligrosamente a su pecho.

Dado que no había tiempo para pensar el Hobbit intentó escabullirse lo más rápido posible, intentando agacharse y luego correr unos metros como para evitar el impacto. En un rápido vistazo vio cerca a uno de los soldados de Éovan, le hizo una seña al hombre para alertarlo.

-Cúbreme! -le pidió en un grito, con la idea de ir a su dirección y que el orco, si planeaba seguirlo, se encuentre con la espada del soldado mientras el hobbit se ponía a salvo y se alistaba para asistir de nuevo en la batalla.

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Tiro por Hob 4dF para defenderse de modo rápido (+2) y recibir la ayuda de un soldado (+1).

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Éovan

-Tsk, maldición -se quejó la mujer al ver que solo había logrado asestar el golpe a uno de los orcos. El resto de los enemigos comenzaba su contraataque, siendo Éovan blanco de un orco que pretendía atacarla con todas sus fuerzas. Justo en ese momento, Milo se encaminó por las escaleras, así que la rubia solo le dio prioridad a salir de aquella molesta situación.

En cuanto el orco se le abalanzó, Éovan probó interponer su espada entre ella y la bestia, para así evitar un golpe brusco. Luego intentó usar el arma con todas sus fuerzas empujando hacia el lado del orco, pretendiendo hacerlo trastabillar y poder atacarlo nuevamente.

-Ve...te de a...quí -dijo entre dientes y con dificultad a causa de la fuerza que estaba utilizando.

Mientras lo intentaba, gritó el nombre de uno de sus soldados para que la viniese a ayudar. El soldado procuró ir por detrás del orco y tomarlo con fuerza para alejarlo de su superior, mientras la rubia seguía en la lucha por sacárselo de encima.

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Tiro 4dF como defensa con Enérgico +2 y +1 de la ayuda del soldado.

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Dalbor

El hobbit respló ante lo dicho por Milo. ¿Le había dicho que era mitad enano?

Se ofuscó tanto que el próximo orco que se le acercó, cayó redondo con un hachazo en su estómago.

Uno se acercó desde atrás, pero dio su espada con una columna errando el golpe.

-Eso estuvo cerca, maldito... -dijo Dalbor, dejando sin pies al orco que le había sorprendido.

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Ambos, Hob y Éovan, han tenido éxito en lo que se han propuesto. Sin embargo, Hob lo ha logrado con estilo (diferencia de 3 o más) por lo que gana un boost de +2 para la próxima tirada relacionada con atacar al orco.

Ambos personajes ya pueden atacar, sumando el +1 de la ayuda de su soldado.

Quedan 4 orcos.

Prisionero escribió:

Mientras iba tras el destello un orco llego a clavarle una espada en la pierna, lo cual pudo resistir bastante bien, aunque llego cojeando al lugar, en el cual encontró al prisionero matando a un orco, quien a su vez casi lo mataba a él.

El hombre se quedo sentado, con dificultad para respirar, no sabía si iba a aguantar mucho, al mismo tiempo tapaba una especie de sol brilloso, que parecía de valor, y era lo que había visto desde arriba.

-- Soy Milo Foxburr de la Ciudad del Valle, pero actualmente a las órdenes de una una poderosa Capitana, cuyo nombre es Eóvan hija de Damrod hijo de Faramir.  Recordaba la presentación que había hecho frente al elfo, y lo que habia mencionado Dalbor, por lo que uso todo eso para ver si generaba algo más de confianza en el hombre.

-- Quien esta dejando su vida alla arriba, junto con otros hombres para venir en tu ayuda, yo pude escaparme para llegar más pronto hasta aquí... a costa de esa herida que ves en mi pierna... al menos no soy un orco que viene a rematarte.  Le dijo con cierta gracia.

-- Pero mejor será que tratemos tus heridas, se ven graves.  Saco de su bolso uno de los varios frascos que llevaba con medicina de sus tierras para intentar ayudar al hombre.

-- Y dime, quién eres? Por qué te torturaban esos orcos? Y que es eso que ocultas con tu capa de viaje?  Pregunto, con calma, mientras se agachaba con la medicina esperando que el hombre se dejará ayudar... pero más aún esperando que después de todo lo que le dijo confiará un poco más en él... y quizás le entregase aquel sol que brillaba tanto.

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Al principio, Milo pensó que luego de lo que había dicho, aquel hombre se había relajado un poco y había decidido confiar en él. Sin embargo, cuando volvió a revisar, el hombre no se había relajado... había muerto.

Ahora, Milo estaba sólo en el primer subsuelo de la torre. Podía asomarse por la siguiente escalera para darse cuenta de que había un último subsuelo. También podía regresar. Y claro, aquel objeto que tanto le había llamado la atención, estaba allí a su lado.

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Éovan

La rubia comenzaba a mostrarse cada vez más apurada, aún quedaban 4 orcos con vida y Milo había bajado ya hace un rato, y los gritos del prisionero no se escucharon por el momento. En su rostro se reflejaba la ansiedad, pero tampoco podía avanzar sin antes seguir peleando.

En un principio, logró hacer que el orco se fuera hacia atrás, pudiendo sacárselo de encima. Por detrás lo esperaba el soldado de Éovan, y por el frente la mismísima rubia se plantó fija en el suelo, tomando nuevamente con una mano su espada.

-Estamos perdiendo demasiado tiempo con estos orcos -se quejó ante el grupo para instantáneamente salir corriendo e intentar hacerle un corte mortal al orco que tenía enfrente con un movimiento de abajo hacia arriba. La idea era acabar de un solo golpe con ese orco para luego encargarse de algún otro.

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Tiro 4dF con Enérgico +2 para el ataque de Éovan.

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'FATE' :
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Hob

El Hobbit consiguió agacharse justo a tiempo para esquivar la cimitarra del orco, pero no sólo eso sino que lo hizo con suficiente soltura como para llegar junto al soldado de Ithilien antes de que el orco siquiera se diera cuenta de que el mediano había esquivado su golpe.

-Esta vez no me tomarán por sorpresa! -expresó el más pequeño en estatura del grupo para lanzarse directamente a donde estaban los orcos que aún se mantenían en pie.

Usando la espada con ambas manos intentó pasar desapercibido en el fragor de la pelea para probar dar una serie de estocadas con toda su fuerza a uno de los orcos que pretendían atacar a los soldados, el cual se supone que estaba de espaldas.

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Tiro 4dF con Enérgico +1 para el ataque de Hob sumado al boost de +2 obtenido en el turno anterior.

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'FATE' :
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Una vez agachado, con el frasco en su mano, notó que el hombre ya no se movía, ni decía nada... había muerto.  Bufó, molesto... mientras cerraba el frasco y se lo volvía a guardar.

-- Si sabía me ahorraba el discurso de antes.  Se dijo a sí mismo, y sin perder tiempo busco en la ropa aquel sol dorado para llevarselo.  Observó el lugar, podía seguir bajando al subsuelo, o volver a arriba para ayudadr al resto.

La realidad era que bajar allí, sólo, no era muy seguro que digamos, y no notaba ningún brillo que lo tentará a adentrarse a ese lugar.  Por lo que decidió volver arriba para ayudar al grupo, y dar la triste noticia de que el prisionero había muerto.

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Hob logró clavar varias veces su espada en un orco, que se desplomó pesadamente. Mientras tanto, Éovan destajaba el pecho de otro enemigo, y Dalbor separaba la cabeza de un tercer orco con su hacha. Los tres soldados de Éovan que quedaban, se encargaban del cuarto orco que había quedado, y la lucha acababa por fin.

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Aquel artefacto, cuando Milo lo tocó, perdió su brillo, pero no su belleza. Era una bola de lo que parecía cristal o vidrio, pulida, con un color violáceo casi negro, y un pálido brillo misterioso en su interior, como si contuviera lejanas estrellas y polvo en espirales. Luego de guardarlo, subió para encontrar que la batalla había finalizado.

Dalbor se puso el hacha en el hombro mientras pisaba la cabeza de una de sus víctimas. En cuanto apareció milo, la pateó hacia él.

-Esa será tu cabeza si vuelves a decir que soy mitad enano... -bufó- ¿qué encontraste allá abajo chico, hay más orcos?

Dalbor, todos escribió:

Cuando llego donde estaba el grupo, la batalla había acabado, se habían encargado de los orcos como supuso que lo harían, Dalbor le patea la cabeza de un orco cerca suyo y lo amenaza al respecto, parece que el comentario de mitad hobbit y mitad enano no había caido en gracia para nada en él, en sí, nada que se tratará de Milo había caido en gracia de aquel hobbit, desde el principio.

-- Al menos no tengo una cabeza tan fea... Dijo en tono de broma para luego ponerse mas serio frente a la pregunta que le hacía.

-- Llegue demasiado tarde, el prisionero peleaba con un orco, y resulto herido de gravedad, para cuando intente tratar sus heridas ya había muerto, lo lamento.  Respondió, mirando a Eóvan al final, puesto que sabía que esa muerte le iba a pesar por sus convicciones y el amor que le tenía a su reino.

-- No parecía haber más orcos, pero hay otra escalera que al parecer llega a otro subsuelo, supongo que tendremos que investigar allí.  Concluyó, aunque no menciono nada de aquel tesoro que había encontrado.

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Éovan

La mujer se presionó los puños con algo de molestia por no haber podido hacer nada por aquel prisionero, pero no se dejó llevar así que guardó su espada y observó a todos.

-Estoy segura de que él estaría aquí para alguna misión como nosotros, y ya no podemos volver para atrás. Si aún queda un subsuelo, hay que ver que hay y limpiarlo si hay más orcos escondidos -espetó con seriedad. Al parecer, la lucha no le había hecho retractarse de su idea de liberar completamente aquel lugar.

-Milo, puedes guiarnos, no creo que debamos quedarnos a descansar mucho tiempo más -aseguró comenzando ya a caminar en dirección a la escalera que bajaba.

-Creo que podrás quedarte con la espada Hob -le comentó al mediano, aunque aquel comentario se relacionaba directamente a la impotencia por la muerte de un compañero.

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Ya en el último subsuelo, se dieron cuenta de que ya no había enemigos vivos. Todos los que quedaban, estaban muertos. Junto a ellos, había una compañía de alrededor de 10 hombres, todos como los que habían encontrado arriba. Todos llevaban el símbolo de Ithilien en sus ropas.

-Dijeron que no enviarían refuerzos... -dijo Dalbor, sin entender.


En el fondo de la sala, había un pedestal, pero estaba vacío.

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Éovan

La rubia caminaba mirando todo lo que había en aquel subsuelo, incluso su estructura, sin dudas era algo impresionante de ver aunque los cuerpos de los soldados de Ithilien captaron más su atención durante el recorrido del lugar.

-No entiendo tampoco yo, las órdenes fueron bastante explícitas. Y estos hombres debieron llegar y planear todo esto antes de que nosotros siquiera estuviéramos en las cercanías de la torre -respondió a las palabras de Dalbor, también bastante sorprendida.

Dio un nuevo vistazo a su alrededor, observando que había un pedestal al fondo de todo. Sin preguntar ni decir nada se acercó hasta él.

-Es evidente que algo había aquí pero ya no está. La pregunta es ¿se lo llevaron hace cientos de años o era lo que los hombres de Ithilien vinieron a buscar? -se preguntó en voz alta- Suena descabellado, pero ya que al parecer toda la compañía luchó en este último subsuelo... me da para pensar que algo no anda bien…

Era evidente que Éovan no salía de su asombro, pero no todo podía terminar allí, tenía que haber algo más. La mujer comenzó a caminar alrededor del pedestal, mirando por doquier, buscando alguna pista de lo que había sucedido en el lugar.

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Tiro 4dF con Sagaz +2 para ver si Éovan encuentra una pista sobre lo que pasó.

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Okazaki escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Al ingresar en Fornost, Ereinion descubrió que la ciudad estaba tomada por orcos. Unos cuantos, en una casa grande y todavía sin derrumbar, parecían ordenar a los orcos de bajo rango. Se pavonearon un rato por fuera antes de volver a entrar.

De todas formas, la forma de actuar de los orcos dejaba en claro que por ahora no se preparaban para la guerra, y sus acciones eran más bien cautas como si no quisieran llamar la atención.

Los 10 orcos que Ereinion había visto anteriormente se acercaron marchando de prisa hacia la casa sin derrumbar. Parecían llevar algo de forma redonda, envuelto en un trapo negro. A Ereinion no le sonaba de nada. Pero ahora que estaba dentro de la ciudad pudo ver mejor a ese grupo de orcos. El que iba delante, llevaba casi a la rastra a un prisionero, una elfa bastante maltratada por aquel grupo. Todos entraron, seguramente para presentar el botín a los jefes.

Una vez que había logrado ingresar a la Ciudad sin ser visto, pudo observar que el lugar estaba tomado por orcos, y que llevaban a una prisionera con ellos, hasta una casa, una de las pocas que no estaba derrumbada.  La prisionera era una elfa, quizás de su campamento o de algún otro, como sea debía ayudarla, pero eran muchos los orcos en el lugar.

En primer instancia decidió acercarse hasta la casa sin derrumbar, para ver si encontraba alguna ventana, o hueco por el que pudiera escabullirse e investigar que tanto hacían allí adentro con la prisionera, o de que hablaban, para luego ver cuales serían sus acciones a seguir dependiendo de la situación.

Para llegar hasta la casa, usaría las ruinas del lugar, para ir escondiendose y que no fuera detectado por algún centinela u orco que anduviera por ahí, lo haría de forma furtiva.

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Tiro 4dF con Furtivo +2 para ver si Ereinion puede acercarse hasta la casa sin derrumbar sin ser visto.

El miembro 'Slade' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar los Dados

'FATE' :
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Al fin llegaban al último subsuelo, el lugar daba nota de que se había desatado una batalla entre orcos y hombres de Ithilien.  Tanto Eóvan y Dalbor parecían sorprendidos puesto que se suponía no se iban a mandar hombres allí, es más ellos eran los primeros, o eso creían hasta hace unos minutos.

-- Puede que estos hombres vinieran en secreto por el mandato de alguien de Ithillien en busca de algún artefacto.  Milo recordaba sus viajes, había visitado muchas ruinas en busca de artefactos y riquezas, ruinas que se suponían no eran visitadas por el hombre hacía muchos años, y sin embargo se había topado con cádaveres de hombres que vestian ropas de diferentes ciudades, y que estaba claro no hacía mucho habian intentado entrar en esas ruinas en secreto... pero allí tan al Norte era extraño, lo único que tenía claro era que esas riquezas que esperaba encontrar siendo los primeros en llegar tan lejos al Norte, quizás ya habían sido visitadas por otros sin que nisiquiera la Capitana Eóvan lo supiera, eso ponía en riesgo la obtención de esas riquezas.

Camino con cuidado entre los cádaveres de orcos y hombres, siempre agudizando la vista al suelo para ver si encontraba algo de valor, hasta que llego al pedestal que ya estaba siendo examinada por Eovan.

-- Encontrastes algo?  Le pregunto con cierta curiosidad y entusiasmo, para luego examinar él mismo ese pedestal, quizás estaba relacionado con el sol que tenía aquel prisionero.

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Tiro 4dF con Sagaz+2 para ver si Milo descubre algo en ese pedestal y si tiene alguna conexión con el sol.