[ER] - Misión Nº7 - Frontera de la Fortuna

Recuerdo del primer mensaje :


Al principio, por el aspecto del lugar, aquellos que habían firmado el libro podrían haber pensado que estaban en  Pandemonium. El lugar era oscuro, el piso de ladrillo negro pulido brillaba por las luces de un cielo encapotado de estrellas plateadas. Era como si no hubiera más escapatoria de aquel lugar, que las alturas coronadas de blancas perlas, que se perdían en el tiempo.


Estaban en la Frontera de la Fortuna, en el círculo exterior del Reino de los Cielos, estancias de un Dios que no conocían y ante el cual no buscaban mostrarse. Eso era lo que les explicaba VI mientras la vía de estrellas sobre sus cabezas cambiaba de colores de forma magnífica, y asemejaba a algo que nunca habían podido imaginar. Era sobrecogedor, y el silencio y la oscuridad de alrededor, hacían apreciar aún más aquel espectáculo nocturno en el cielo.

Allí, según el libro, había sido encerrado el poder de la Diosa a la que le correspondía el cuidado de la Tierra, pero fácilmente podían pensar, que de estar encerrados en algún lugar por toda la eternidad… un lugar tan hermoso y tranquilo como ese podría ser incluso un encierro dulce y conmovedor.

En cuanto apartaban la vista del cielo (lo cual llevaba bastante fuerza de voluntad, por lo hermoso del paisaje celestial) los límites de aquel lugar quedaban confusos. A veces se veían paredes de ladrillo negro y pulido como el piso, pero a veces al avanzar hacia ellas éstas comenzaban a retroceder envueltas en una misteriosa bruma negro/brillante que no permitía conocer la ubicación exacta de los límites de aquella hermosa estancia.

“Ella tenía unos ojos profundos y cristalinos como un estanque. Tan transparentes eran, que uno esperaba poder verse a sí mismo en sus ojos, o ver mas allá de los lugares y del tiempo. A veces sostenía la mirada a las personas, como buscando algo. Y parecía tan bella que había que desviar la mirada, o entrecerrar los ojos para verla. Era dueña de un mirar algo egoísta, como belleza adolescente. Como reservada sólo para ella. Y filosa. Su belleza tan era aguda como una cuchilla helada, y podía lastimar un corazón en un instante de descuido sin siquiera darse cuenta. En cambio, si el sol bailoteaba cálidamente entre sus ropas, o la luna daba en su piel, la herida no era limpia como la de un filo sino como un hueco en el pecho, una sensación de ahogo. Ella sin siquiera pretenderlo, hacía que las personas la sujetaran furiosamente en su mente, sin poder retenerla. Quedaba viva en los pensamientos de los demás, aunque se moría constantemente”.

Esas palabras fueron susurradas por una voz que no podía determinarse como humana, ni reconocerse. El lugar parecía ir contando una historia, como si relatara un libro. Reaccionando a las palabras, las bestias interiores de todos los presentes saltaron haciéndose presentes, y jugueteando con sus amos. Y a modo de respuesta también, apareció un humo delante del grupo, que fue formando unas figuras en el aire hasta volverse más y más visibles, determinadas, sólidas…







Con una marcada intención de no dejarlos pasar desplegaron entre los dos una enorme barrera de energía de color blanco y morado, fluctuante y semi transparente. Ambos parecían bestias interiores de alguien, pero de gran tamaño. Al aparecer estos Guardianes, su humo reveló detrás de ellos un curioso pilar grueso como una torre, también de color negro, que hasta ese momento había permanecido invisible. Ambos Guardianes parecían cerrar el paso hacia allí.

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Acciones:

-Reaccionar al lugar.
-Coordinar acciones para intentar romper la barrera y pasar arrojando 1d10. Si alguien del grupo saca 1 o 10, todos deben volver a postear.

Todos escribió:

Mae Iwata

La rubia se encogió de hombres, ninguna hipótesis le cerraba pero además no entendía del todo de qué iba el acertijo. Aquello la estaba exasperando, así que suspiró y se acercó un poco más.

-No tenemos muchas opciones, si no funciona esto, vemos qué hacer… -murmuró.

Una vez que Eitan dejó caer su sangre, la rubia imitó su movimiento. Se sacó el arete que llevaba en su oreja izquierda e hizo presión con este en su dedo pulgar. Unas pocas gotitas de sangre cayeron al suelo, fundiéndose en él. Solo restaba ver qué sucedía y prepararse para pensar en otra posible estrategia.

Todos en la frontera

Suspiró templadamente, Eitan también optaba por lo de la sangre. Omeny estaba comenzando a desesperarse, más por lo que había pasado con sus padres.

Yo solo espero que todo esto valga la pena ¡Debo salir de aquí!

Comenzó a golpear el suelo con la zurda hasta hacer sangrar sus nudillos, de cierta forma liberó la frustración por no haber podido ayudar a sus padres en su debido momento.

Todos escribió:

Todo estaba en silencio mientras ellos hablaban, y nada ocurría mientras nada hacían. Con la sangre de Eitan, el dibujo del suelo se hizo un poco más profundo y visible. Ahora había claros canales por los que podía discurrir algo... si hubiese líquido en ese lugar.

Donde cayó la sangre de Eitan, y luego la de Mae, el suelo se volvió más rojo también... mas aún no llegaba ni a la mitad. Con la sangre de Omeny, el suelo se volvió de un rojo transparente... estaban a una gran, gran altura. Lo que había abajo no se podía distinguir con facilidad... pero por ahora les parecía la única manera de salir.

El suelo no estaba completamente mojado con sangre... y al parecer, si no lo estaba, no podrían salir. Se habían dado cuenta de qué era lo que debían de hacer con esos pequeños cortes... pero no estaban cerca aún de lograr la libertad, si no se sacrificaban aún más. Mientras, seguía el silencio.

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Acciones:

-Asegurarse de que cada parte del dibujo esté manchado con sangre para poder salir.
-Arrojar 1d6. Los numeros pares significarán que su PJ se desmaya.
-Al salir deberán volar, pues no habrá suelo... deberán descender a otra parte de la Frontera. Esta parte luce como la primera, pero tiene una enorme estatua de lo que parece ser, la Diosa.

Notas:

-Perderán una buena cantidad de sangre.
-Al cubrir el suelo con sangre, éste desaparecerá.
-Se acerca la parte que importa, atentos n.n

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Resultados :

Todos escribió:

Eitan Chassier

De forma interesante, aquel dibujo parecía absorber de la sangre que dejaba caer sobre éste.

Ora! Algo pasa.

Poco a poco, más cambios ocurrían a medida que el resto de sus compañeros otorgara parte de su sangre, como él lo estaba haciendo.

Vamos! un poco más! Ya algo se anda viendo en esta cosa.

Mencionó respecto al aspecto rojo-transparente que comenzaba a tomar aquella marca, sin embargo, comenzó a sentirse mal, entre mareado y cansado, pero no dejó que la herida dejara de sangrar. Sabía que estaba cerca de conseguir algo y no quería detenerse. Se comenzó a ver más pálido de lo usual e incluso a ver borroso. Se esforzó por mantener el equilibrio, pero cada vez se hacía la tarea mucho más difícil. Cabeceaba como si luchara para no quedarse dormido, pero segundos después se terminó desvaneciendo sobre el suelo por la gran cantidad de sangre que había perdido.

Todos escribió:

Mae Iwata

La chica se sorprendió bastante al ver que de aquella manera la cosa parecía avanzar.

-Anda, y yo que pensé que esta era la idea más tonta que habíamos tenido en meses -bromeó con todos, un poco más aliviada por ver que algo sucedía. Sin embargo, aquello estaba lejos de ser suficiente y tenían la clave frente a sus ojos: perder más sangre.

-El suelo es muy grande ¿Alcanzaré con sangre de los cuatro? -se preguntó ya no tan alegre como hace unos segundos atrás.

Eitan fue el primero en derramar más sangre, pero pronto comenzó a verse como si estuviera a punto de desmayarse.

Mae se acercó a uno de los cristales que sobresalían en uno de los laterales de esa especie de domo que la rodeaba, extendió su brazo y lo rozó con fuerza contra el cristal rojo, provocandose una herida bastante más grande que la anterior.

-Veamos qué sucede... -dijo y comenzó a caminar rapidamente por todo el suelo, esparciendo su sangre por donde pasaba.

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Dado de Mae!

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Todos! escribió:

Mae Iwata

Recorrió la superficie que cubría el dibujo lo más que pudo, pero claro, con su sangre solamente no iba a bastar.

-Ya no puedo más... -susurró, en cualquier momento desfallecería, internamente luchó porque eso no sucediera.

A esa altura, Eitan ya se había desmayado por completo. Lo más rápido que pudo, la chica cortó una parte de su vestido y se cubrió la herida. Luego se acercó a Eitan y le tomó la cabeza, para ver en qué estado se encontraba.

-Perdió mucha sangre, ustedes sigan que yo me ocupo -les recomendó a sus compañeros. Su vestido cada vez quedaba más corto y feo, ya que tomó otro trozo de tela e hizo lo mismo con la herida del albino.

Mientras sus compañeros seguían, Mae comenzó a ver como el suelo se volvía cada vez más rojo, pero también de alguna manera comenzó a parecerle muy frágil e inestable.

-Vamos Eitan, despierta! Que creo que nada bueno pasará -alertó, preparada por si en cualquier momento tuviera que salir volando junto con el chico.

Con la sangre de los demás, el dibujo del suelo se hacía más claro, hasta que se pudo observar a través del suelo transparente que estaban a una gran altura, y que de alguna manera el suelo sobre el que estaban parados se iba desvaneciendo, era una caída muy dolorosa si no lo hacían bien.

El pelioscuro se quedo mirando todo el entorno, analizando lo que podía llegar a suceder, mientras Eitan y Mae ya estaban dejando caer mucha más sangre sobre el piso, a tal punto que el menor de los Chassier se desvaneció.  Por suerte Mae había resistido y enseguida de encargo de Eitan.  Todavía faltaba bastante para cubrir, y sólo quedaban para hacerlo Omeny y él.

-- Escucha Mae, quiero que te acomodes como si en cualquier momento estuvieras por caer, y trata de aferrar a Eitan con todas tus fuerzas, voy a seguir cubriendo esto, si no llego a resistir, no importa, quiero que te ocupes de Eitan nada más.  Estaba preocupado, si Omeny y él se desvanecían también, las cosas se iban a complicar bastante, Mae no iba  poder encargarse de los tres en la caída y eso podía llegar a ser letal para Omeny o para él si no lograban aguantar.

Pero no podían quedarse allí por siempre, muchas personas dependían de ellos, saco su espada y se hizo varios cortes cerca del primero para cubrir más rápido, y cercanos para que luego se fácil de vendar, el dolor era bastante fuerte.  Siguió cubriendo las partes que faltaban, se sentía cansado, y casi sin fuerzas.

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'Dado de 6 Caras' :

Resultados :

Todavía faltaba demasiado para cubrir, sabía que no iba a llegar a cubrirlo si no excedía el límite, lo que haría que se desvaneciera también, al menos intentaría cubrir más que Omeny para que la chica no tuviera que perder tanta sangre.  Llego al punto en el que ya no aguanto, cayo de rodillas sosteniéndose con su espada estaba claro que sus fuerzas lo abandonaban miro a Mae.

-- No lo voy a... lograr, cuida de Eitan, es mejor perder a uno o dos que perder a los tres, no te arriesgues... suerte Omeny.  Llegó a decir antes de desplomarse en el piso.

Dado de Omeny.

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'Dado de 6 Caras' :

Resultados :

Todos en la frontera

La sangre era la clave, pero debian derramar mucho más. Omeny con ayuda de su pequeño guerero y sus armas, cortó su muñeca y su sangre comenzó a brotar para cubrir aquel extraño dibujo.


Está funcionando.

Eitan y Alex se devanecían y el suelo comenzaba a desaparecer.

¡Chicos, resistan, por favor!

Omeny de igual forma comenzaba a debilitarse, su vista se nubló.

Mae...No te precupes y... continua

Se dirigió a su amiga, pero la silueta de la rubiecita se desvaneció cuando los ojos de Omeny se cerraron.

Todos escribió:

VI
Mae Iwata

Cuando Omeny se estaba desmayando, un portal negro apareció en el aire y se abrió a toda velocidad, dejando salir a alguiend de él. Se trataba de VI, quien alcanzó a atajar en el aire a la pelioscura mientras que su bestia interior se encargaba de sostener a Alex en el aire.

Mae apenas había hecho a tiempo de volar con Eitan, pero su práctica había sido muy poca y menos con la carga del peso de una persona joven-adulta como su compañero. Se desequilibró un poco en el aire, pero así y sin moverse ni un poco pudo flotar con la ayuda de su aura.

-¡VI! -exclamó al ver que la mujer había aparecido y había puesto a salvo a sus otros dos compañeros.  

La chica, la mujer y la bestia interior de esta, descendieron con cautela al siguiente lugar que les indicaba el camino. Al aterrizar, los tres arrows desmayados fueron depositados con cuidado en el suelo.

-Mi señora, ¿regresamos al principio? -preguntó la criatura.

-No, pero todavía nos encontramos en la Frontera de la Fortuna. Esa estatua… -dijo pero no continuó la frase. Mientras tanto, Mae se apresuró a cubrir las heridas de Omeny y Alex. Luego de hacerlo, se levantó y le agradeció a la albina.

-Uhm… gracias… -mencionó casi en un susurró, a lo que la mujer no respondió en absoluto.

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Notas:

-Eitan, Alex y Omeny ya pueden despertar y reaccionar al lugar. Sin embargo, sentirán las consecuencias de haber perdido tanta sangre.

Suzume escribió:

Eitan Chassier

Sin estar consciente de todo lo que había ocurrido en todo ese tiempo, el albino apenas logra abrir los ojos. Lo primero que logró ver, fue a Mae de espaldas mentras atendía a los otros dos. Sin embargo, había perdido mucha sangre, por lo que se sentía aún algo atontado.

Nee... ¿Quién trajo malvaviscos asi de grandes?... Yo quiero uno...

Murmuró con pocos ánimos mientras extendía su mano hasta tocar una de las nalgas de la rubia. Su visión, aún desenfocada, no era buen dueto para su imaginación. No pasa mucho tiempo cuando se percata de un trozo de tela ajena que tenía en el brazo, justo donde se había hecho la herida. Como si nada, soltó a Mae, se sentó y se entretuvo mirando la venda, intentando recordar el por qué estaba allí. Luego se sobresaltó al caer en cuenta y miró velozmente alrededor.

Ora, ora! ¿Qué pasó?

Su mirada se posó ahora en VI.

¿Mami Addams?... Pero cuándo...? Tsk!

Con un leve gesto de dolor, se sujeta de la cabeza. Las cosas le daban vueltas, por lo que le terminaba siendo una molestia.

Todos escribió:

En el lugar y adelante de la gran estatua, aparecieron dos ya conocidos por todos.





Aunque no parecían hablar, igualmente sus voces se escuchaban claramente. Los dos tenían una apariencia parecida, y una voz muy similar.

-Aunque hayan llegado a ella... -dijo uno, subiendo su bastón.

-Aunque hayan logrado pasar... -dijo el otro, levantando su espada.

El de aura violácea se movió muy rápido y cortó a Mae, a Eitan e incluso a VI. El resto fue atacado por una onda de energía muy potente, causada por el poderoso bastón del ser con aura dorada.

Como resultado del primer ataque de aquel par de Guardianes, todos y cada uno de los que allí estaban fueron malheridos...

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Acciones:

-Contraatacar como deseen.

Notas:

-Todos han perdido de inmediato, un nivel de vida.

Era como que estaba recostado en un campo, con mucha hierba, contemplando el cielo, las nubes que pasaban, el viento en su rostro, hasta que de pronto sintió una punzada en la cabeza, un dolor terrible, aquel cielo se oscureció y se veían estrellas difusas, sentía un gran mareo, luego se dio cuenta que seguía en aquel extraño lugar de la misión, no entendía bien que le había pasado, quizás había muerto y ahora era una de esas tantas almas que flotaban y hablaban por el lugar, le pareció escuchar la voz de Eitan y Mae, más allá del zumbido que sentía en sus oídos, tratado de sentarse lentamente para ver que tanto había pasado, con mucho esfuerzo, casi sin fuerzas apoyo sus manos en el suelo y se fue sentando de a poco.

Cuando la vista empezó a enfocarse un poco más, llego a divisar otra vez a los guardias del principio, pero esta vez tenían sus armas en alto, y cuando se dio cuenta una onda de energía muy potente lo hizo volar varios metros cayendo al suelo como si estuviera hecho de plomo, causando varias heridas en su cuerpo.

-- Maldición, parece que ya no son tan neutrales como antes.  Bastante dolorido, aunque un poco mejor del mareo se fue levantando poco a poco, ni siquiera sabía quien más estaba allí de sus hermanos, cuando pudo visualizar un poco más el panorama, vio que también habían recibido el ataque, incluso estaba VI entre ellos otra vez.

-- Cuanto habré esta inconsciente.  Se pregunto a sí mismo, tampoco se imaginaba que había pasado con Omeny y quien había amortiguado su caída, pero seguía vivo, aunque sino reaccionaba pronto, iban a terminar bastante mal.

Enseguida uso Rush para correr a gran velocidad contra los guardianes, en zig zag para esquivar cualquier ataque que pudieran lanzar, una vez llego a sus objetivos salto sobre ellos, con sus manos ensangrentadas uso de apoyo a uno, para impulsarse y quedar a un poco más de altura, para complementar el Rush y que se les hiciera más difícil hacer contacto con él, al mismo tiempo tiraba estocadas con su espada esperando causar algún daño.

Todos! escribió:

Mae Iwata

Al sentir aquella mano tocando una de sus pompas, Mae se quedó dura al principio, luego la recorrió un leve temblor y finalmente se volteó, con los ojos entornados y su rostro absolutamente rojo.

-¡EEEITAAAN! -exclamó con enojo, luego le apretó las mejillas como solía hacer para su compensación pero esta vez fue con bastante furia- ¡Eres un pervertido!

Se quejó la chica, se dio la vuelta y no volvió a mirar al albino. Aquel enojo no duró demasiado ya que frente a la estatua aparecían aquellas dos figuras que habían visto al principio.

-¿Eh?

La jovencita dudó al momento de escuchar sus voces, luego de eso todo fue muy rápido. El Guardián que sostenía una espada hizo un movimiento tan veloz que la rubia no se percató de lo que sucedía hasta que recibió el impacto del arma.

Por aquel ataque, la chica terminó en el suelo, apretando la herida que había recibido justo a la altura del estómago. El dolor era muchísimo, y además se sumaba a la pérdida de sangre anterior. Esto hizo que le costara bastante levantarse.

-Alex, al fin despertaste… -murmuró con dificultad. Su compañero comenzó un contraataque enseguida, no había ya mucho tiempo para analizar las cosas.

Comenzó por transformarse en osito, utilizó Read Sneak para moverse con celeridad hasta donde se encontraba el guardián que utilizaba una vara. Al llegar hasta donde este se encontraba, se transformó en humana y estiró su mano derecha para poder tocarlo, con la izquierda volvió a presionar la herida.

-¡Hipertermia I! -invocó aquella habilidad impersonal para tratar de provocar un fuerte malestar en su enemigo.

Suzume escribió:

Eitan Chassier

De repente, tuvo a Mae sin razón aparente apretando con furia sus mejillas. Le lanzó una mirada algo aburrida.

Ora, ora. Yo no hice nada!

Se quejó, sin entender demasiado lo que le ocurría a la chica. Apenas comenzaba a mantener la nitidez de lo que veia por más tiempo sin divagar demasiado por cosas que no existían. No transcurre demasiado tiempo cuando aquellos guardianes comenzaron a arremeter contra todos. El albino se hallaba aún sentado durante el momento del ataque, por lo que fue un blanco muy fácil. Cayó de nuevo contra el piso con una nueva herida abierta escurriendo sangre.

Grrrrr....

Se notaba el esfuerzo del chico por soportar el dolor de aquella herida. Se sentía demasiado débil para moverse pero intentó al menos ponerse de pie. Al conseguirlo, por la debilidad y el mareo, volvió a hacerle caer sentado.

Tsk!

Con su diestra, se tomó de la cabeza. Sentía poco a poco que se desvanecería de nuevo por el nuevo despilfarro de líquido vital. No tuvo más remedio que transformarse en cachorro y a 4 patas intentar mantenerse de pie a pesar que sus patitas parecían ser de gelatina. Haciendo un esfuerzo, intentó andar un poco hacia los guardianes mientras los demás les encaraban. Forzó en varias ocasiones su vista y al ver el momento ideal, reunió unas últimas fuerzas para correr, tomar impulso y usarse a sí mismo contra la mano del guardián que sostenía el báculo, intentando que el monstruo lo soltara.

Todos escribió:

Spica★

A pesar de los ataques que los chicos realizaban, los guardianes eran muy rápidos y enseguida se propusieron contraatacar nuevamente. En ese momento, todos pudieron notar que a muy pocos metros de distancia apareció de forma repentina una puerta que ya conocían, de esas que llevaban a la tienda.

Desde el otro lado de ésta, pudieron escuchar la voz de la dueña del lugar, que parecía bastante apremiada.

-Vamos, vengan, apúrense si no quieren morir horriblemente!

Todos tenían al menos una llave que utilizar, si no cruzaban esa puerta era muy probable que su misión acabe allí mismo, sobre todo después de perder tanta sangre.

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Acciones:

-Ir a la Tienda de Artículos Especiales a recuperar su salud.

Todos en la frontera

Por su debilidad los ataques no eran efectivos. Como si de un milagro se tratase una puerta apareció en el sitio, la misma puerta que los llevaba a la tienda de Spica.

Al escuchar aquellas palabras de la sacerdotisa, por impulso Omeny se acercó casi de forma desesperada y la atravesó.


Está funcionando.

Eitan Chassier

La lucha contra aquellos demonios no era tarea fácil. El cachorro de león ya apenas permanecía a cuatro patas temblorosas aunque su vista perdía la nitidez que tanto necesitaba. De manera sorpresiva, la misma puerta que solía llevar a la tienda aparecía en el lugar. Eitan al principio dudó si se trataba de una trampa, pero ya sus compañeros se marchaban como podían hacia la puerta. No tenia ni fuerzas para gritarles algo...no le quedó de otra que intentar andar hacia la puerta, pero las manchas de sangre que cubrían su pelaje blanco la teñían cada vez más de un rojo escarlata.

Apenas logró dar unos cortos tres pasos forzados hacia la puerta, pero ni sus patas ni su consciencia no pudieron aguantar más. Se desplomó de nuevo contra el suelo, totalmente inconsciente y a merced de los dos demonios en el lugar.

La situación estaba bastante desigual, ellos habían perdido mucha sangre, y casi no tenían fuerzas para luchar.  Sus ataques apenas si le hacían cosquillas al enemigo, pero no se iba a rendir tan fácil.  De pronto detrás de ellos apareció una puerta como las que suelen aparecer para ir a la tienda de Spica, y la voz de la mujer se escuchó.  

No le gustaba mucho la idea de tener que abandonar aquella batalla con el rabo entre las patas, se dio media vuelta como haciendo frente a los Guardianes, no tenía intenciones de ir a la tienda, iba a luchar, iba a derrotarlos.

-- Vayan, los voy a distraer para que puedan salir.  Les grito a los demás, y se lanzó al ataque nuevamente.  Aunque su ataque era desviado y fue golpeado nuevamente cayendo unos metros más atrás.  Observo hacia la puerta, Omeny y Mae ya habían logrado salir, sólo quedaba Eitan que se dirigía muy lentamente, convertido en tigre hacia la puerta.

-- Dale Eitan, ve a la tienda! Volvió a arremeter con otro ataque, para darle tiempo al menor de los Chassier de salir del lugar ya que se lo veía muy débil.  Otra vez sus ataques eran desviados, y volvía a volar unos metros, cada vez se sentía más debilitado.  Volvió a mirar hacia atrás y observo que Eitan no había llegado a la puerta todavía y de hecho no se movía.

No le quedaban ya muchas opciones quedarse en el lugar a luchar con tan poca fuerza, y con el menor de los Chassier a merced de aquellos enemigos no era para nada una buena idea.  Hecho una mirada de irá a los guardianes como dejando en claro que habían ganado la batalla pero no la guerra, uso su habilidad Reappear, apareció sobre el cachorro, lo abrazo con las pocas fuerzas que le quedaba y volvió a utilizar su habilidad para llegar a la puerta, y prácticamente tirarse por ella con Eitan en sus brazos, esperando que realmente fuera la tienda y no otra maldita trampa.

Todos escribió:

VI
Mae Iwata

Al atravesar la puerta, la rubia se encontró con el mismo paisaje que había dejado atrás. Se sonrió a sí misma.

-Y cuando comenzaba a pensar que quizá realmente solo era un mal sueño, vaya... -mencionó a la par que sentía algo muy raro en el pecho, como si algo le impidiese seguir adelante.

Trató de ignorarlo y corrió al encuentro con su sempai, VI. La mujer parecía estar bastante tranquila, después de todo, estaba inmutable como siempre y no parecía sentir alegría o tristeza alguna por volver a verlos. Mae pensaba hablarle, pero para su sorpresa la albina se le adelantó.

-Espero que ya estén recuperados, estas criaturas no parecieron darle importancia a mi presencia. En cuando comiencen a llegar los demás, volverán a reaccionar. Ya se que tienen un plan. Ponganlo en marcha, no fallen. -mencionó secamente.

A medida que los demás iban llegando, la mujer advirtió solo una cosa más.

-Yo voy a participar en la distracción -comentó uniéndose al plan de los jóvenes Arrows y empuñando sus dos espadas espirituales.

Por su parte, Mae esperó la llegada de los demás. Cuando lo hicieron, hizo aparecer a Pink Death, su arma, entre sus manos y mantuvo a la Thunder Chimera a su lado.

-Cuando quieran nee! -dijo mirando específicamente a Omeny, mucho más segura que la anterior vez.

Todos en la frontera

Acatado el plan Omeny llevaba consigo sus respectivas bolsitas.

De a ver sabido, compraba globos.

Regresando a la frontera de la fortuna, ella estuvo de acuerdo en hacer equipo con Mae, VI ya las esperaba y estaba al tanto de todo.

¿Y cómo es que sabes el plan? ¿Ah, no me digas que escuchaste detrás de la puerta?

Comentó a modo de broma.

Estoy lista, Mae ¡Cubreme!

Omeny comenzó a moverse por el lado izquierdo mientras los guardianes eran distraídos, aflojó un poco el nudo de la primera bolsa ante de lanzarla, recordemos que Omeny era buena deportista por lo cual lanzó aquello bolsita con su sangre como si disparaba un balón de basketball con el fin de que aterrizara sobre la estatua y esta se bañara en sangre.

¡Bien, tres puntos!